La Arena Ciudad de México fue testigo de un debut inolvidable en la UFC. David Martínez, conocido como ‘The Black Spartan‘, se presentó en la promotora de artes marciales mixtas (MMA) más importante del mundo con una victoria fulminante. Enfrentando al peruano Kevin Borjas, el peleador mexiquense mejoró su récord profesional a 12 victorias y una sola derrota tras un impresionante nocaut en el primer round.
Sin embargo, su historia de lucha y entrega no comenzó en la jaula, sino en los pasillos de un hospital. Entre 2019 y 2021, Martínez laboró en el Hospital General de Zona No. 68, en Tulpetlac, Estado de México, en plena crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19. Mientras el mundo se detenía, él se enfundaba su bata y se enfrentaba cara a cara con el virus, demostrando que su vocación por salvar vidas era tan fuerte como su pasión por el deporte.
Del hospital a la jaula: una historia de sacrificio y disciplina
Martínez, originario del Estado de México, tuvo que balancear su carrera médica con su sueño de convertirse en peleador profesional. «Llegaba de las guardias, comía algo, a veces no había dormido o estaba cansado, sin embargo, mis papás y mi hermana me ayudaban mucho para poder seguir los entrenamientos», recordó en un comunicado difundido por el IMSS en enero de este año.
Desde niño, el deporte fue parte esencial de su vida, pero la medicina también lo llamó temprano. «En el deporte hay muchas lesiones, personas que se accidentan. Algunas veces no hay un doctor a la mano en el momento para poder ayudar. Yo veía esos accidentes y quería ser la persona que extendiera una mano al accidentado. Desde ahí nació esta semilla por poder ser doctor», compartió.
La UFC como un nuevo campo de batalla
Martínez no sólo quiere destacar en la jaula, sino también inspirar a quienes siguen luchando sus propias batallas. «Me han dicho que son profesiones muy diferentes; sin embargo, yo veo que es casi lo mismo. Tanto los peleadores como los médicos son personas extraordinarias, superhumanos y gladiadores», aseguró en la rueda de prensa previa al evento.
Pasando de aficionado en el Fight Night de 2024 a peleador de cartelera estelar en 2025, Martínez demostró que su determinación no tiene límites. Antes del combate, prometió «chispas» en su debut y cumplió. Con gran seguridad, incluso lanzó una frase que ya resuena entre sus seguidores: «Le voy a recetar un paracetapunch».
Tras su victoria, dedicó su triunfo a aquellos que siguen en la primera línea de batalla: «Para todos los médicos, todos los enfermeros que están en el hospital. Para todas esas personas que están peleando sus guerras. Para que sigan y puedan sobresalir».
David Martínez ya hizo historia, primero con su bata y ahora con sus guantes. Su lucha apenas comienza, y México ya tiene un nuevo héroe en la UFC.