Redacción
Francia.- Los manifestantes levantaron barricadas, prendieron incendios y lanzaron fuegos artificiales a la policía, que respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua, en las calles de algunas ciudades de Francia durante la noche tras la muerte de un adolescente de 17 años por un disparo de un agente en un incidente que ha conmocionado al país.
Más de 600 personas fueron arrestadas y al menos 200 policías resultaron heridos mientras el gobierno trata de restablecer el orden en la tercera noche seguida de disturbios.
Vehículos policiales blindados se abrieron paso entre los restos calcinados de los autos que habían sido volcados e incendiados en Nanterre, el suburbio del noroeste del país donde un policía disparó al joven, a quien solo se ha identificado por su nombre, Nahel, durante un control de tráfico. Un familiar de la víctima dijo que su familia tiene raíces argelinas.
Los disturbios se extendieron hasta la capital de Bélgica, Bruselas, donde alrededor de una docena de personas quedaron detenidas tras choques relacionados con el tiroteo en Francia y se registraron varios incendios.
En varios vecindarios de París, grupos lanzaron petardos a las fuerzas de seguridad. La comisaría del distrito 12 de la capital fue atacada y se saquearon algunas tiendas en la calle Rivoli, cerca del museo del Louvre, y en el Forum des Halles, el centro comercial más grande del centro.
En la ciudad mediterránea de Marsella la policía trató de dispersar a grupos violentos en el centro de la ciudad, según las autoridades regionales.
En docenas de ciudades y localidades de todo el país se reportaron incidentes similares.
Las autoridades movilizaron a alrededor de 40.000 agentes para sofocar las protestas. Según el Ministerio de Interior, la policía detuvo a 667 personas, 307 de ellas en la región de París, apuntó la jefatura de la policía capitalina.
Unos 200 agentes resultaron heridos, dijo un vocero de la policía nacional. El número de civiles heridos no se reportó de inmediato.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, denunció el viernes lo que calificó como una noche de «insólita violencia». Su oficina describió las detenciones como un notable incremento con respecto a operaciones anteriores dentro de los esfuerzos gubernamentales por ser «extremadamente firmes» contra los alborotadores.