Cada 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, una fecha designada para reflexionar sobre el papel fundamental que estos pequeños insectos desempeñan en el equilibrio ecológico y la seguridad alimentaria. Lejos de ser simples productoras de miel, las abejas son agentes indispensables para la polinización de cultivos y, por ende, para la existencia de muchos de los alimentos que consumimos.
En México, una de las voces más comprometidas con su preservación es la de Daniela Nájera Palacios, médica veterinaria y fundadora del proyecto Rizos de Miel, que combina la producción apícola con la educación ambiental. Desde su trinchera, impulsa el cuidado de las abejas a través de la elaboración de productos derivados como miel, jalea real, cera y propóleo, pero también mediante un espacio único en su tipo: el Museo de las Abejas.
“La gente suele pensar que las abejas solo sirven para producir miel o picar, pero su rol va mucho más allá”, explica Nájera. “Una sola abeja visita 20 millones de flores para producir un kilo de miel, y su vida apenas alcanza para una gota. Su esfuerzo colectivo es inmenso”.
Además, señala que la picadura de abeja, lejos de ser un acto agresivo sin sentido, es un mecanismo de defensa que les cuesta la vida. Curiosamente, el veneno que liberan tiene propiedades terapéuticas, como la desinflamación profunda y la desintoxicación sanguínea.
Sin embargo, la supervivencia de las abejas está en peligro. Las prácticas agrícolas intensivas, el uso de pesticidas, la deforestación y el cambio climático han reducido drásticamente sus poblaciones. Esto amenaza no solo la biodiversidad, sino también la producción de alimentos esenciales como el aguacate, los cítricos y otros cultivos que dependen de la polinización.
Nájera también busca visibilizar a las abejas nativas, muchas de las cuales no producen miel en grandes cantidades pero cumplen funciones ecológicas críticas. Entre ellas destaca la abeja de la orquídea, famosa por su llamativo color verde metálico. En total, existen más de 20,000 especies de abejas en el mundo, aunque la mayoría de las personas solo conoce a la abeja europea.
En México, las abejas melíferas se trasladan entre regiones para polinizar distintos cultivos. Por ejemplo, en Michoacán se usan para la floración del aguacate, y en San Luis Potosí para cítricos, lo que da lugar a variedades de miel con características únicas.
Para quienes deseen conocer más sobre este fascinante mundo, el Museo de las Abejas de Rizos de Miel abre sus puertas con fines educativos, ofreciendo una experiencia didáctica que permite valorar la importancia vital de estos insectos.
En el Día Mundial de las Abejas, el llamado es claro: protegerlas es proteger la vida.