El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió nuevamente con una propuesta polémica: renombrar el Golfo de México como «Golfo de América«, argumentando que este territorio también abarca aguas estadounidenses.
«Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de América, que tiene un hermoso sonido y abarca mucho territorio. Es apropiado», declaró Trump este martes 7 de enero durante una conferencia de prensa.
La propuesta generó reacciones inmediatas en México, país que comparte la mayor parte de la costa del Golfo. Analistas consideran que este tipo de declaraciones son una provocación y podrían tensar las relaciones entre ambas naciones, especialmente a medida que Trump se prepara para asumir la presidencia por segunda vez.
Pero el cambio de nombre del Golfo no fue la única advertencia. Trump también exigió la devolución del Canal de Panamá, una infraestructura estratégica que estuvo bajo control estadounidense hasta 1999, cuando fue entregado a Panamá en cumplimiento de los acuerdos firmados durante la presidencia de Jimmy Carter.
“El Canal de Panamá fue construido para nuestro Ejército”, afirmó Trump, quien criticó que Panamá imponga tarifas excesivas a los barcos estadounidenses. También expresó preocupación por la creciente influencia de China en la administración de esta vía de navegación, calificando la situación como una amenaza para los intereses económicos y militares de Estados Unidos.
Además, Trump no descartó recurrir a la acción militar para tomar control de territorios que considera estratégicos, como Groenlandia, una isla que ya intentó comprar durante su primer mandato. «No puedo asegurar que no tomemos medidas coercitivas. Lo que puedo decir es que necesitamos estos territorios para nuestra seguridad económica», sostuvo el mandatario.
Las declaraciones de Trump avivan temores sobre una política exterior más agresiva por parte de Estados Unidos, en un contexto donde la influencia de potencias como China y Rusia sigue en aumento. Especialistas advierten que las propuestas del presidente electo podrían tener consecuencias diplomáticas graves y afectar la relación de Estados Unidos con sus aliados en el hemisferio occidental.
Por su parte, el gobierno de Panamá rechazó las declaraciones de Trump y afirmó que el Canal de Panamá es una infraestructura soberana y administrada bajo las leyes panameñas. Mientras tanto, México analiza los posibles impactos de un cambio de nombre en el Golfo de México, una propuesta que muchos consideran inaceptable.