El Gobierno de Estados Unidos reanudó este jueves la adjudicación de permisos humanitarios para migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, después de una suspensión temporal que comenzó a principios de agosto para investigar posibles fraudes. Esta decisión permite que personas de estos cuatro países puedan viajar y entrar de manera legal a EE.UU., beneficiándose de un programa que les concede permisos de trabajo por un periodo de dos años.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) confirmó a la agencia EFE que, tras una pausa de casi cuatro semanas, se ha reiniciado este programa que autoriza la entrada mensual de hasta 30,000 personas de dichos países. En una declaración escrita, el DHS explicó que se ha fortalecido el proceso de selección, particularmente el de los patrocinadores, para asegurar la integridad del programa.
«El DHS ha incorporado una investigación adicional de los patrocinadores radicados en EE.UU. para fortalecer la integridad de los procesos», destacó la agencia. Estas medidas incluyen un mayor escrutinio de los registros financieros y antecedentes penales de los patrocinadores, además de métodos para detectar la presentación de múltiples solicitudes por un solo patrocinador.
El programa, que comenzó a finales de 2022 para ciudadanos venezolanos y luego se amplió para incluir a migrantes de Cuba, Haití y Nicaragua, ha permitido la entrada de casi medio millón de personas a EE.UU., según datos del DHS. Sin embargo, el 2 de agosto pasado, el DHS suspendió temporalmente la adjudicación de autorizaciones de viaje mientras revisaba las solicitudes de patrocinadores.
Para solicitar el permiso, los migrantes necesitan contar con un patrocinador en EE.UU. que tenga estatus legal y pueda demostrar suficientes ingresos para apoyar financieramente al beneficiario. Con el refuerzo de las medidas de investigación, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. han implementado nuevos protocolos para garantizar la seguridad y autenticidad del proceso.
El programa ha enfrentado críticas y acciones legales por parte de la oposición conservadora, que cuestiona su efectividad y seguridad. Sin embargo, esta iniciativa es parte de las medidas del gobierno de Joe Biden para controlar la migración en la frontera sur. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), estas políticas han contribuido a reducir el número de detenciones de migrantes de Cuba, Haití y Nicaragua en la frontera con México.