La desigualdad económica global ha alcanzado niveles alarmantes, advierte la organización Oxfam Internacional en un nuevo informe revelado este jueves. Según el análisis, desde 2015 la riqueza del 1 % más rico del planeta ha aumentado en 33.9 billones de dólares, cantidad suficiente para erradicar la pobreza mundial 22 veces.
El informe, titulado «Del beneficio privado al poder público: financiar el desarrollo, no la oligarquía», fue difundido en vísperas de la Cumbre de Financiación para el Desarrollo de la ONU, que se celebrará el 30 de junio en Sevilla, España. En él, Oxfam advierte que el desarrollo mundial está “abismalmente desviado” y denuncia que los gobiernos más ricos están recortando drásticamente la ayuda internacional, mientras el crecimiento de la riqueza privada supera con creces a la inversión pública.
Entre los hallazgos más impactantes destaca que la riqueza total privada global creció 342 billones de dólares entre 1995 y 2023, un ritmo ocho veces superior al crecimiento de la riqueza pública. Solo 3,000 multimillonarios concentran hoy el equivalente al 14.6 % del Producto Interno Bruto mundial, habiendo incrementado su riqueza en 6.5 billones de dólares en términos reales desde 2015.
Oxfam alerta que los países del G7, responsables de tres cuartas partes de la ayuda oficial al desarrollo, planean reducirla en 28 % hacia 2026 respecto a los niveles de 2024. Esta decisión ocurre en medio de una crisis de deuda que “está llevando a la bancarrota a países pobres”, cuyos presupuestos se ven comprometidos por el pago a acreedores, por encima de necesidades básicas como salud o educación.
El informe también critica el rol de los acreedores privados, que hoy representan más de la mitad de la deuda de países de ingresos bajos y medios y cuyas políticas punitivas han exacerbado la crisis financiera global. “Los países ricos han puesto a Wall Street al mando del desarrollo global”, acusó Amitabh Behar, director general de Oxfam.
Entre las soluciones propuestas, la organización sugiere gravar a los ultrarricos, reformar la arquitectura global de la deuda, rechazar la financiación privada como “solución milagrosa” y revitalizar la ayuda internacional con base en principios de justicia fiscal y empoderamiento ciudadano.
“Es hora de rechazar el consenso de Wall Street y devolver el control a la ciudadanía. Los gobiernos deben escuchar el clamor popular por justicia fiscal y bienes públicos universales, como salud y energía”, concluyó Behar.
La investigación de Oxfam se basa en una encuesta global aplicada entre mayo y junio de 2025 por la firma Dynata en 13 países —incluidos México, Brasil, India y Estados Unidos— que representan cerca de la mitad de la población mundial.