Redacción
Estados Unidos.- El Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos ha anunciado la reactivación de la construcción del muro fronterizo con México en el sur de Texas. Esta decisión, que permite la construcción de hasta 32 kilómetros de valla, representa un cambio significativo en la política migratoria del presidente Joe Biden, quien había detenido la construcción del muro en su primer día en el cargo.
El secretario de Interior de EE. UU., Alejandro Mayorkas, justificó la medida debido al aumento del flujo migratorio en la región, que ha experimentado un aumento en los cruces ilegales en las últimas semanas. El área afectada se encuentra en el condado de Starr, cerca de la ciudad de Kupiansk, en la frontera entre Texas y el estado mexicano de Tamaulipas.
Esta derogación de leyes federales en la región permitirá la construcción de barreras físicas y caminos para prevenir la entrada ilegal de personas. Sin embargo, esta decisión ha sido criticada por grupos ambientalistas y por la suspensión de leyes relacionadas con la protección del medio ambiente y especies en peligro.
La construcción del muro fronterizo fue una de las políticas más polémicas del expresidente Donald Trump, y Biden había prometido detenerla. Esta reactivación de la construcción del muro se produce en un momento en que el presidente Biden enfrenta críticas por su gestión de la frontera y el aumento de la inmigración irregular.
La visita del secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, a México coincide con este anuncio y se espera que se discutan temas relacionados con la seguridad fronteriza y el tráfico de drogas, entre otros asuntos. Biden ha admitido que intentó reasignar los recursos destinados al muro, pero el Congreso no lo permitió, y esta medida se ha tomado debido a la necesidad inmediata de abordar la situación en la frontera sur.
La Administración de Biden ha estado lidiando con un aumento significativo en los cruces ilegales en la frontera, lo que ha llevado a un cambio en su enfoque hacia la inmigración y la seguridad fronteriza.
Esta decisión representa un giro en la política migratoria de Biden y se produce en medio de crecientes desafíos en la gestión de la frontera sur de Estados Unidos.