La amenaza de un «megaterremoto», la llegada de varios tifones y la celebración de la festividad nacional de Obon han desencadenado una ola de compras nerviosas de arroz en Japón, llevando a las autoridades a pedir calma a la población. Este martes, el gobierno advirtió contra las compras compulsivas del alimento básico del país, que han dejado estantes vacíos en numerosas tiendas.
«Solo pudimos adquirir la mitad de la cantidad habitual de arroz este verano y las bolsas de arroz se agotan rápidamente», comentó un dependiente de una sucursal de la cadena de supermercados Fresco en Tokio. En algunos establecimientos, las existencias de arroz han tenido que ser racionadas, y en otros, los estantes quedaron completamente vacíos tras una reciente advertencia gubernamental sobre un posible «megaterremoto», que aunque ya ha sido levantada, desató la ansiedad entre los consumidores.
La combinación de varios factores ha exacerbado la situación. Además de la amenaza sísmica, el avance de varios tifones y la prolongada festividad de Obon, que tradicionalmente lleva a la gente a abastecerse de alimentos, han disparado la demanda de arroz. Asimismo, la disminución de las cosechas debido a las altas temperaturas y la escasez de agua, junto con un aumento de la demanda impulsado por el récord de turistas extranjeros, han contribuido al desabastecimiento.
En algunas tiendas, los clientes se ven obligados a hacer cola antes de la apertura para conseguir una bolsa de arroz, que se agota en cuestión de horas. «Las existencias diarias se agotan al mediodía», aseguró el empleado de Fresco, señalando que las pilas de bolsas de 10 kilogramos se venden rápidamente durante la mañana.
Ante esta situación, el ministro de Agricultura, Tetsushi Sakamoto, instó a la población a mantener la calma. «Por favor, mantengan la cabeza fría y compren solo la cantidad de arroz que necesiten», declaró Sakamoto, en un intento por frenar las compras nerviosas.
El arroz es un alimento profundamente arraigado en la cultura japonesa, habiendo sido incluso utilizado como moneda en el siglo VII. Actualmente, es el alimento básico más consumido en el país, con un consumo anual de 7 millones de toneladas. Sin embargo, la demanda ha ido disminuyendo en los últimos años debido a la reducción de la población y el cambio en los hábitos alimenticios, lo que ha llevado a una disminución en las reservas del país. A pesar de ello, las autoridades aseguran que los inventarios actuales son suficientes para cubrir la demanda, pidiendo a la población que evite el pánico.