Los microplásticos, diminutos fragmentos de plástico más pequeños que un grano de arroz, han invadido prácticamente todos los alimentos y bebidas que consumimos. Una nueva investigación publicada en la revista científica Science in the Total Environment reveló que el 100% de las bebidas analizadas —desde refrescos y jugos hasta cafés y tés, fríos o calientes— contenían microplásticos, incluso aquellas que no estaban envasadas en plástico.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), analizó siete categorías de bebidas: refrescos, bebidas energéticas, jugos de frutas, tés helados, tés calientes, cafés calientes y cafés helados. Los envases variaban desde plástico hasta papel y vidrio.
Partículas invisibles para el consumidor
Los resultados mostraron que todas las muestras contenían fragmentos plásticos de entre 23 y 51 micrómetros (μm), dimensiones imposibles de detectar a simple vista. Para ponerlo en perspectiva, un mechón de cabello humano mide aproximadamente 70 μm.
Los investigadores advirtieron que las pruebas solo detectaron partículas mayores a 10 μm, lo que significa que también podrían estar presentes microplásticos aún más pequeños, conocidos como nanoplásticos.
Factores que aumentan la liberación de microplásticos
El equipo identificó varios elementos que incrementan el riesgo de ingestión de plásticos en las bebidas:
- Calor: Las altas temperaturas favorecen la liberación de partículas desde los envases, por lo que bebidas calientes como café y té representan mayor riesgo.
- Carbonatación: La presión de las burbujas en refrescos puede desprender más microplásticos.
- Acidez: Los jugos de frutas envasados en plástico pueden contener concentraciones más altas debido a su pH.
- Tipo de envase: Las botellas de plástico presentaron más microplásticos que las de vidrio, aluminio o papel.
Además del envase, el agua utilizada en la preparación y el aire de las plantas de envasado podrían ser fuentes de contaminación.
Riesgos para la salud y el medio ambiente
La exposición a microplásticos se ha vinculado con posibles daños a los sistemas digestivo, reproductivo y pulmonar. Y lo más alarmante: su presencia se ha detectado también en el cuerpo humano, lo que refuerza la urgencia de medidas preventivas.
El hallazgo se suma a investigaciones recientes que advierten sobre la magnitud del problema. Un estudio francés publicado en PLOS One concluyó que una persona promedio podría estar inhalando hasta 68,000 partículas plásticas al día, cien veces más de lo estimado previamente.
Cómo reducir la exposición a los microplásticos
La Agencia de Protección Ambiental de Illinois recomienda:
- Preferir alimentos y bebidas en envases libres de plástico.
- Usar materiales compostables y reducir el consumo de plásticos de un solo uso.
- Reciclar envases, especialmente si muestran desgaste.
- Reutilizar bolsas de supermercado.
- Optar por ropa hecha de fibras naturales como algodón, lana o seda.
Con el consumo de plástico en aumento a nivel mundial, los científicos advierten que los microplásticos seguirán infiltrándose en el ambiente y en la cadena alimentaria, lo que plantea un desafío urgente para la salud pública y el planeta.