Las luces, los personajes y la magia festiva de las Caravanas Navideñas de Coca-Cola podrían enfrentarse a un abrupto final. El Poder del Consumidor presentó una denuncia formal ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) solicitando su suspensión y cancelación inmediata, al considerar que estos desfiles constituyen publicidad ilegal dirigida a menores.
De acuerdo con la organización, las caravanas violan el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, que prohíbe expresamente que productos con sellos o leyendas de advertencia utilicen personajes infantiles, animaciones o elementos dirigidos a menores en cualquier tipo de promoción.
Un espectáculo navideño… y la estrategia publicitaria más agresiva
Los desfiles de Coca-Cola recorren cada año decenas de ciudades en México con camiones iluminados, figuras animadas, Santa Claus, osos polares y árboles navideños, elementos profundamente asociados con la infancia. Para El Poder del Consumidor, estas caravanas representan “la estrategia publicitaria más penetrante y bien orquestada” para inducir al consumo de refrescos, especialmente entre niñas, niños y adolescentes.
La organización señala que, aunque se presentan como un show navideño familiar, el objetivo real es generar conexión emocional con la marca, aprovechando símbolos culturales y festivos que capturan la atención del público infantil.
Tres razones por las que las caravanas serían publicidad prohibida
Especialistas consultados por la organización identificaron tres características que hacen de las Caravanas Navideñas una forma de publicidad especialmente dañina:
- Máxima penetración cultural
Utilizan símbolos navideños y estrategias de marketing que influyen en la etapa temprana de desarrollo, cuando las infancias aún no pueden reconocer la intención persuasiva de la publicidad. - Conexión emocional directa
Generan vínculos afectivos con la marca, asociándola con valores como alegría, pertenencia y validación social, lo que incrementa la lealtad hacia sus productos. - Normalización mediante instituciones
Al colaborar con autoridades y organismos, las caravanas reciben un “sello simbólico” de aprobación, creando una falsa percepción de legitimidad ante el público.
“La ley es clara y las autoridades han ignorado las violaciones”
Javier Zúñiga, abogado de El Poder del Consumidor, fue contundente:
“Este tipo de publicidad se encuentra prohibida por la ley. El artículo 24 bis impide el uso de Santa Claus o animaciones en productos con sellos de advertencia. Por eso pedimos a Cofepris que cancele las Caravanas Navideñas.”
Zúñiga recordó que desde 2023 han solicitado a distintas autoridades que actúen, pero las peticiones han sido ignoradas, permitiendo que año con año se vulneren los derechos de la niñez.
Un país con consumo crítico de refrescos
México tiene uno de los niveles más altos de consumo de bebidas azucaradas en el mundo:
- 163 litros de refresco por persona al año, según El Poder del Consumidor.
- 40 mil muertes anuales están asociadas al consumo frecuente de estos productos.
- 1 de cada 3 nuevos casos de diabetes y 1 de cada 7 de enfermedades cardiovasculares están vinculados al consumo de bebidas endulzadas.
Liliana Bahena, coordinadora de la organización, advirtió que más del 90% de niñas y niños en México consumen refrescos de manera habitual, lo cual incrementa riesgos como obesidad, diabetes, caries, depresión y trastornos cognitivos.
La urgencia de una respuesta de Cofepris
El Poder del Consumidor insiste en que la ley es inequívoca: productos con sellos de advertencia —como los refrescos— no pueden publicitarse con personajes infantiles o elementos dirigidos a la niñez. Por ello, exige que Cofepris actúe de inmediato y no permita la realización de las Caravanas Navideñas de Coca-Cola en 2025.
De lo contrario, afirma la organización, la autoridad estaría permitiendo publicidad prohibida, ignorando la regulación sanitaria y dejando sin protección a las infancias frente a prácticas comerciales agresivas.
La denuncia está presentada. Ahora, la decisión está en manos de Cofepris.