La Asamblea Nacional de Francia aprobó este martes, en primera lectura, una histórica propuesta de ley que busca legalizar y regular la eutanasia para pacientes con enfermedades incurables en fases avanzadas o terminales, que sufran dolores físicos o psicológicos insoportables. Con 305 votos a favor y 199 en contra, la medida constituye un importante avance legislativo en el debate bioético francés.
El texto, que ahora pasará al Senado para su discusión en otoño y que volverá a la Asamblea Nacional para una segunda lectura a inicios de 2026, establece que los pacientes deberán solicitar de manera libre y consciente la “ayuda activa a morir”, la cual será evaluada por un grupo colegiado de médicos en un plazo de 15 días. Si la solicitud es aprobada, habrá una etapa de reflexión de dos días, tras la cual el procedimiento deberá llevarse a cabo en un plazo máximo de tres meses.
La sustancia letal deberá ser autoadministrada por el paciente, salvo en casos de imposibilidad física, en los que un profesional médico podrá intervenir directamente.
El proyecto excluye a pacientes en coma o con enfermedades neurodegenerativas severas como el Alzheimer avanzado, aunque hubieran dejado instrucciones anticipadas, lo que marca una diferencia respecto a la legislación vigente en otros países europeos como Bélgica o los Países Bajos.
Además, fue aprobada por unanimidad una segunda proposición de ley para garantizar el acceso a cuidados paliativos a todos los enfermos que lo necesiten, reforzando así un enfoque integral en la atención al final de la vida.
El presidente Emmanuel Macron celebró ambas votaciones como «una etapa importante» en un mensaje difundido en redes sociales, destacando que “el camino de fraternidad que yo buscaba avanza poco a poco. Con dignidad y humanidad”.
La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, expresó su satisfacción por los resultados, pero reconoció que “aún queda un largo camino por recorrer” en el Parlamento. Subrayó que la intención del Gobierno es buscar “el consenso más amplio posible” en este tema delicado.
La votación reflejó una fuerte división política y moral. El texto fue respaldado mayoritariamente por la izquierda y el bloque centrista macronista, mientras que la derecha conservadora votó en contra, aunque con notables excepciones debido a la libertad de voto otorgada por los partidos.
Incluso dentro de la extrema derecha hubo disparidad: 19 diputados del partido de Marine Le Pen votaron a favor, frente a 101 en contra. En tanto, el grupo centroderechista Horizons, fundado por el ex primer ministro Édouard Philippe, mostró una fragmentación total (14 votos a favor, 13 en contra y 6 abstenciones).
Para sus defensores, la propuesta representa un avance ante la realidad de muchos pacientes que hoy deben viajar a países vecinos para acceder a la eutanasia. Para sus detractores, abre una puerta ética peligrosa.
Vautrin calificó el proyecto como “un enfoque francés, estricto y regulado”, que intenta conciliar el respeto a la dignidad humana con un marco médico sólido.
La legalización de la eutanasia en Francia, una demanda presente desde hace años en la sociedad civil, aún enfrenta un camino legislativo complejo, pero la votación de este martes marca un antes y un después en la discusión pública sobre el derecho a morir dignamente.