El hexafluoruro de azufre (SF6), un gas utilizado principalmente como aislante industrial, está emergiendo como uno de los mayores peligros para el medio ambiente debido a su potencial de calentamiento global, que es 24 mil 300 veces superior al dióxido de carbono (CO2) y su permanencia en la atmósfera durante mil años. Según una investigación de la Universidad de Viena, publicada en Atmospheric Chemistry and Physics, las emisiones globales de SF6 son significativamente más altas de lo oficialmente reportado.
Impacto global alarmante
Las emisiones de SF6 ya tienen un impacto climático comparable al CO2 que emite anualmente Italia, una de las principales economías del mundo. Sin embargo, las cifras reales superan ampliamente las declaradas por países como EE.UU., China y la Unión Europea (UE).
En la UE, aunque las emisiones reales disminuyeron de 410 toneladas en 2005 a 250 en 2021 gracias a regulaciones más estrictas, estas eran un 40 % mayores a lo reportado. En EE.UU., las emisiones se redujeron de 1,250 toneladas a 480 toneladas en el mismo periodo, pero las reales duplicaban las oficiales.
Por su parte, China aumentó sus emisiones de 1,280 toneladas en 2005 a 5,160 toneladas en 2021, más que la suma de las emisiones de la UE y EE.UU. Este aumento masivo resalta la urgente necesidad de regulaciones más estrictas en Asia, según Andreas Stohl, líder del estudio.
Fugas y subregistro de emisiones
El SF6 solo emite gases de efecto invernadero cuando los sistemas que lo contienen son dañados o eliminados de forma incorrecta, lo que dificulta rastrear fugas accidentales y contribuye al subregistro de las emisiones. Además, el informe señala que no se consideran las emisiones ilegales, agravando la falta de datos precisos.
El estudio utilizó mediciones de estaciones en todo el mundo, incluyendo Corea del Sur, Barbados y Tenerife, combinadas con modelación inversa para determinar las fuentes y magnitudes de emisión. Sin embargo, los investigadores enfatizan la necesidad de más estaciones de medición en regiones desatendidas como India, África y América del Sur.
Un llamado urgente
Martin Vojta, coautor del estudio, describe al SF6 como «una bomba de relojería climática» que requiere acciones inmediatas para frenar su acumulación. El Protocolo de Kioto obliga a los países a reportar sus emisiones, pero las deficiencias en el seguimiento hacen urgente la implementación de medidas globales más efectivas para evitar un daño climático irreversible.