Por primera vez en la historia, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) ha emitido un aviso oficial de calor para partes de Alaska, específicamente en la ciudad de Fairbanks, donde se prevén temperaturas superiores a los 29 grados Celsius este domingo.
Aunque no es la primera vez que el estado más frío de Estados Unidos experimenta calor inusual, el anuncio marca un cambio en la forma en que se comunican estos fenómenos climáticos. Hasta ahora, episodios similares eran notificados como “declaraciones meteorológicas especiales”, sin la fuerza informativa ni el sentido de urgencia que implica una “advertencia de calor”.
“Queremos asegurarnos de tener las palabras y la comunicación correctas cuando le decimos a la gente que hará mucho calor este fin de semana”, explicó Alekya Srinivasan, meteoróloga del NWS en Fairbanks. La decisión busca mejorar la percepción pública sobre los riesgos del calor en una región no acostumbrada a este tipo de condiciones.
No es cambio climático ni récord de temperatura
Expertos aclaran que la medida no responde a un récord climático reciente ni está vinculada directamente con el cambio climático. “Este no es un evento sin precedentes. Fairbanks ha alcanzado los 90 grados Fahrenheit (32°C) antes, incluso dos veces en 2024”, explicó Rich Thoman, del Centro de Evaluación y Política Climática de Alaska. El nuevo protocolo es meramente administrativo, enfatizó.
No obstante, el reconocimiento de que el calor extremo puede tener impactos serios en Alaska, particularmente en el interior del estado, fue un factor determinante para adoptar este enfoque más claro y preventivo.
Edificios sin aire acondicionado: un factor de riesgo
Aunque en otros estados de EE. UU. temperaturas como las previstas no serían consideradas extremas, la infraestructura en Alaska no está diseñada para el calor. La mayoría de los edificios están construidos para conservar temperatura, con poco o ningún sistema de aire acondicionado.
“Las casas y oficinas en Alaska están diseñadas para retener el calor durante la mayor parte del año”, explicó Thoman. Si se combinan temperaturas elevadas con humo de incendios forestales —lo que obliga a mantener cerradas las ventanas—, las condiciones dentro de los inmuebles pueden volverse rápidamente peligrosas.
Fairbanks, por ejemplo, ha vivido tres veranos consecutivos con más de 100 horas de humo que reduce la visibilidad, un fenómeno inédito desde que se tienen registros en el siglo XXI.
Anchorage, aún sin autorización para emitir avisos
Por ahora, las oficinas del NWS en Juneau y Fairbanks están habilitadas para emitir alertas de calor, pero no así la de Anchorage, la ciudad más grande del estado. No obstante, el NWS ya trabaja en un plan para que dicha oficina pueda lanzar estos avisos en el futuro, informó el científico climático Brian Brettschneider.
El aviso de calor en Fairbanks marca un antes y un después en la forma en que Alaska se adapta a una nueva realidad climática, en la que temperaturas extremas ya no son una rareza aislada, sino un fenómeno que exige previsión, comunicación y respuesta adecuada.