El huracán Milton tocó tierra en Florida el miércoles por la noche, azotando la región con fuertes vientos e intensas lluvias. El meteoro, que inicialmente alcanzó la categoría 3, viró hacia el sur antes de tocar tierra en Siesta Key, cerca de Tampa, donde las autoridades seguían lidiando con inundaciones y el riesgo de marejadas ciclónicas. Al menos cuatro personas han perdido la vida debido a los tornados provocados por la tormenta.
La situación es crítica en diversas partes del estado, especialmente en el oeste y centro, donde ciudades como St. Petersburg registraron hasta 41 centímetros de lluvia, según el Servicio Meteorológico Nacional, que emitió alertas de inundaciones repentinas.
El huracán, que se debilitó a categoría 1 al alejarse hacia el Atlántico, dejó sin suministro eléctrico a más de 3.2 millones de hogares y negocios en Florida, mientras que la población de varias zonas afectadas, incluidos los condados de Hillsborough, Pinellas, Sarasota y Lee, recibió instrucciones de no salir a las calles por la caída de árboles y cables eléctricos.
Aunque Tampa evitó el impacto directo de la marejada ciclónica que se temía, la ciudad enfrentó graves inundaciones. Otras áreas, como Venice Beach, experimentaron una marejada de hasta 2 metros, menor a los 4.5 metros pronosticados, pero aún lo suficientemente severa como para causar daños significativos.
El impacto de Milton llega apenas unos días después de que el huracán Helene devastara gran parte del sur de Florida, cobrándose la vida de más de 230 personas. Las autoridades locales instaron a la población a evacuar antes de la llegada de la tormenta, pero para muchos, el tiempo para huir ya había pasado.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, confirmó que se movilizaron 9 mil efectivos de la Guardia Nacional y 50 mil operarios de servicios públicos para restaurar el orden. Sin embargo, reconoció que, dada la magnitud de los daños, se espera un incremento en el número de víctimas mortales.
Mientras las comunidades afectadas tratan de reconstruirse, el peligro persiste. Las alertas por tormenta tropical continúan activas en la costa oriental de Florida, y las autoridades advierten que los riesgos de inundaciones y marejadas ciclónicas aún no han desaparecido completamente.