La Iglesia católica mexicana lanzó este domingo una dura crítica contra la iniciativa conocida como “Ley Trasciende”, que busca despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido en México. En su editorial semanal, publicado en Desde la fe, la Arquidiócesis de México advirtió que la propuesta contiene puntos “incorrectos” y pidió al Estado invertir más en cuidados paliativos, en lugar de “reducir gastos ofreciendo la muerte como salida”.
“Suponer que a estas personas se les está ofreciendo la muerte como salida a su situación es espeluznante, pues implica derrotarnos en las posibilidades de ofrecer alivio, acompañamiento y consuelo, a pesar de los avances de la ciencia”, señaló el texto.
La iniciativa, presentada hace diez días en el Senado, busca modificar la Ley General de Salud y el Código Penal Federal para permitir que personas mayores de 18 años con enfermedades terminales o crónico-degenerativas puedan solicitar, bajo consentimiento informado, ayuda médica para morir.
Sin embargo, la Arquidiócesis advirtió que la propuesta “confunde argumentos” al justificar su planteamiento en la separación Iglesia–Estado, cuando los motivos para oponerse “no son religiosos, sino antropológicos, médicos, éticos y jurídicos”.
“Argumentar que el bien morir significa dar muerte sin dolor es otro error; el bien morir significa poder vivir los últimos momentos con todas las atenciones físicas, emocionales y espirituales”, subrayó la Iglesia.
El órgano religioso recordó que la Asociación Médica Mundial y el Consejo Europeo mantienen una postura firme contra la eutanasia, al considerar que la ética médica debe respetar la dignidad humana “en todo momento” y que el dolor “no elimina la dignidad de la vida”.
Además, cuestionó la “idea romantizada” de que la eutanasia garantiza una muerte sin dolor, al señalar que existen testimonios médicos de pacientes que sufren durante el procedimiento y cuyos familiares enfrentan escenas difíciles.
La Arquidiócesis insistió en que los cuidados paliativos ofrecen una alternativa digna y humana para quienes enfrentan enfermedades terminales, permitiéndoles morir de forma natural y acompañados por sus seres queridos.
“Los recursos que el Estado debe dedicar a los cuidados paliativos son bastantes, pero son necesarios, por la dignidad de todos los mexicanos (…) querer reducir esos gastos ofreciendo la eutanasia es inhumano y símbolo de un Estado claudicante a su deber”, apuntó.
De acuerdo con datos de 2023, solo el 5% de los pacientes terminales en México tienen acceso a cuidados paliativos, una cifra que, según la Iglesia, debería ser el foco de atención del sistema de salud.
Por ahora, 20 de los 32 estados del país cuentan con leyes de voluntad anticipada —también conocida como eutanasia pasiva—, que permiten al paciente rechazar tratamientos médicos en etapas críticas de su enfermedad, aunque no autorizan la muerte asistida.
“Invitamos a los poderes del Estado a no irse por la salida fácil (…) de manera que morir no sea la respuesta al dolor”, concluyó la Arquidiócesis.