En México, el etiquetado frontal de alimentos en México cumple cinco años desde su implementación. La organización El Poder del Consumidor denuncia que, a pesar de los resultados iniciales positivos, muchas industrias aprovechan huecos regulatorios para ocultar información vital.
Según la ONG, algunas empresas usan letras diminutas para advertencias de cafeína y edulcorantes. Además, colocan los octágonos de advertencia en lugares poco visibles de los empaques. Esto dificulta que los consumidores identifiquen claramente las advertencias de salud.
Ana Larrañaga, investigadora de salud alimentaria de la ONG, afirma que la regulación actual es sólida. Sin embargo, malas prácticas industriales ocultan los sellos de advertencia. Larrañaga resalta la necesidad de un proceso regulatorio más transparente y basado en evidencia.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 muestra que el 74% de los mexicanos apoya el etiquetado. Además, se redujo un 63.1% la advertencia por exceso de sodio en pan y cereales. Los consumidores también han modificado sus hábitos de compra gracias a los sellos.
El etiquetado frontal, adoptado en 2020, ha influido en el comportamiento alimentario. Ha reducido el consumo de azúcares, grasas saturadas y sodio en la población mexicana. No obstante, El Poder del Consumidor sugiere mejoras inspiradas en países como Argentina y Colombia.
La ONG presentó un recurso legal por irregularidades en la actualización de la NOM-051. Según Javier Zúñiga, del área legal de la ONG, estas irregularidades podrían violar derechos de los consumidores. Alejandro Calvillo, director de la ONG, critica la falta de claridad en las advertencias.