El sector de cruceros expresó su preocupación ante el nuevo impuesto de 42 dólares por pasajero aprobado por el Congreso mexicano, medida que entrará en vigor el 1 de enero de 2025. Michele Paige, directora de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA), advirtió que esta decisión podría tener consecuencias «devastadoras» para el turismo en México, al convertirlo en un destino menos competitivo.
En entrevista con EFE, Paige destacó que la industria de cruceros genera un impacto económico significativo para el país, estimado en mil millones de dólares anuales y más de 20 mil empleos directos. «Nos tomó por sorpresa, no hubo consulta previa ni notificación anticipada. Este impuesto podría desincentivar la llegada de turistas al país», señaló.
Costos elevados y desventaja frente a otros destinos
El nuevo gravamen encarecerá considerablemente los costos para los pasajeros. Según la FCCA, una familia de cuatro personas tendría que pagar 200 dólares adicionales solo en impuestos. Además, Paige subrayó que los cruceros son una pieza clave para atraer visitantes a México, ya que seis de cada 10 pasajeros regresan posteriormente para estadías más largas.
Con el nuevo impuesto, los derechos portuarios en destinos como Cozumel y Mazatlán aumentarían a 71 y 58 dólares, respectivamente, superando ampliamente a puertos caribeños como Gran Caimán (24.25 dólares) o San Thomas (14.39 dólares). Esto haría del turismo de cruceros en México hasta un 213 % más caro que en otros destinos de la región.
Impacto en reservaciones y colaboración con el gobierno
Paige también señaló que las compañías de cruceros ya tienen reservaciones confirmadas para 2025 y no están dispuestas a imponer a sus clientes cargos inesperados. Pese a la incertidumbre, la FCCA reiteró su disposición a dialogar con el gobierno mexicano para buscar alternativas que no afecten la competitividad del país como destino turístico.
La industria de cruceros representa una importante fuente de ingresos para comunidades locales, ya que cada pasajero en tránsito gasta en promedio 90 dólares, mientras que los tripulantes aportan 60 dólares adicionales. En este contexto, el impuesto podría tener repercusiones negativas para los negocios locales que dependen de esta actividad.
Llamado a reconsiderar la medida
La FCCA instó a las autoridades mexicanas a evaluar el impacto potencial de esta medida y buscar soluciones que beneficien tanto al gobierno como a la industria. «México siempre ha sido un socio clave para la industria de cruceros. Estamos en un máximo histórico en nuestras relaciones, pero este impuesto nos coloca en desventaja frente a otros destinos», concluyó Paige.