Italia se convirtió este miércoles en el primer país del mundo en reconocer la obesidad como una enfermedad progresiva, recurrente y crónica, tras la aprobación de una ley en el Senado que ya había recibido el visto bueno de la Cámara de Diputados.
La iniciativa, impulsada por el diputado Roberto Pella, de Forza Italia, contempla un programa nacional de prevención y tratamiento con un presupuesto de más de 2.7 millones de euros en los próximos años. El gasto autorizado se distribuirá de forma escalonada: 700,000 euros en 2025, 800,000 en 2026 y 1.2 millones anuales a partir de 2027.
El ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, destacó que se trata de “un paso adelante en la protección de la salud pública” y subrayó la urgencia de actuar frente a un problema que afecta ya a seis millones de personas en el país.
Entre las medidas incluidas en la ley figuran:
- Campañas de concienciación sobre hábitos saludables.
- Fomento de la lactancia materna para prevenir la obesidad infantil.
- Acciones dirigidas a responsabilizar a los padres en la alimentación equilibrada de sus hijos.
- Programas de impulso al deporte y la actividad física.
- Creación de un observatorio nacional para evaluar la aplicación de las políticas en las regiones y provincias autónomas.
Schillaci advirtió que la obesidad es “un problema de salud global que afecta tanto a adultos como a niños y que está en aumento”, por lo que la nueva legislación busca reforzar la formación de los profesionales sanitarios y garantizar una atención integral a los pacientes.