En México, la inteligencia artificial (IA) ya se convirtió en una herramienta cotidiana para millones de trabajadores, pero las empresas aún no logran ponerse al día.
De acuerdo con el AI Productivity Survey, comisionado por IBM y realizado por Censuswide, nueve de cada diez empleados mexicanos utilizan herramientas de IA en su jornada laboral, aunque solo cuatro de cada diez perciben que su empresa las está aprovechando al máximo.
El estudio, que encuestó a más de 4,000 oficinistas de Estados Unidos, Canadá, Brasil y México, muestra una tendencia clara: la adopción tecnológica nació desde los empleados, no desde las organizaciones.
“No me traigas un caso en el cual la tecnología es linda. Yo quiero algo que realmente signifique más ganancias brutas”, enfatizó Mauricio Torres, presidente y líder de Tecnología de IBM México, durante la presentación del informe.
Individuos más veloces que las empresas
El fenómeno tiene causas estructurales. Por un lado, los altos costos y los riesgos percibidos han frenado a muchas empresas. Por otro, persisten barreras en la capacitación del personal (49%), la integración con sistemas existentes (41%) y la protección de datos (39%).
La brecha de habilidades también es evidente: 91% de los trabajadores se siente capaz de usar la IA con eficacia, pero solo 39% dice tener confianza suficiente para implementarla en su entorno profesional.
¿Qué piden los empleados? Tres cosas muy concretas: capacitaciones prácticas (65%), casos de uso reales (52%) e integración con herramientas actuales (49%).
Productividad: el retorno inmediato
Para el 86% de los encuestados, la IA ya los hace más productivos, con ahorros de entre una y seis horas semanales.
Los beneficios más mencionados son la ejecución más rápida de tareas (65%), la mejor gestión del tiempo (49%), mayor precisión (49%) y una toma de decisiones más ágil (39%).
En palabras del informe, el retorno de inversión está primero en la productividad individual, más que en grandes transformaciones empresariales aún pendientes. IBM insiste en que la conversación debe pasar “de la demo bonita al ROI por proceso”, midiendo resultados en tiempo de ciclo, precisión y satisfacción del cliente.
El riesgo del “Shadow AI”
Uno de los puntos más preocupantes es el auge del Shadow AI, es decir, el uso de herramientas de inteligencia artificial no autorizadas por las empresas.
Según el estudio, una de cada cinco compañías en el mundo ha sufrido filtraciones de datos derivadas de este tipo de prácticas.
La recomendación de los expertos no es prohibir su uso, sino cerrar la brecha con mejores herramientas internas que garanticen gobernanza, auditoría y cumplimiento normativo.
“Tienes que hacerlo con la gobernanza al lado, ya que el impacto reputacional puede ser demasiado fuerte”, advirtió Torres.
La IA como ventaja laboral
Más allá de la productividad, la inteligencia artificial comienza a influir en la retención y atracción de talento.
El 94% de los empleados cree que la IA será clave en su trabajo en los próximos cinco años, y 67% estaría dispuesto a cambiar de empleador si otra empresa le ofrece mejores herramientas y prácticas relacionadas con IA. Entre los jóvenes de 25 a 34 años, esa cifra sube al 72%.
Para los departamentos de recursos humanos, esto convierte a la IA en un nuevo factor de competitividad. Las compañías que ofrezcan plataformas seguras, confiables e integradas atraerán a los trabajadores que ya dominan la tecnología por su cuenta.
Un cambio que llegó desde abajo
La conclusión es clara: la inteligencia artificial ya es parte del set de herramientas personales de los trabajadores mexicanos, y está generando ganancias de productividad medibles.
El desafío —y la oportunidad económica— está en que las empresas transformen ese uso disperso en ventajas competitivas corporativas, con menos Shadow AI y más sistemas confiables bajo una gobernanza sólida.
Porque si la empresa no ofrece esa ruta, el mercado laboral sí lo hará. Los empleados ya demostraron que la inteligencia artificial no es el futuro: es su presente.