En un mundo cada vez más digitalizado, la seguridad cibernética se ha transformado en una prioridad para las naciones y sus economías. México, conocido por su robusto sector manufacturero, enfrenta una creciente amenaza que pone en jaque su estabilidad económica: los ciberataques.
Según el reciente informe de Kaspersky presentado durante la Cyber Security Week en Manaos, Brasil, casi el 30% de los ataques cibernéticos en México están dirigidos a la industria manufacturera, superando incluso a sectores estratégicos como el gobierno.
Durante los últimos 12 meses, México ha registrado un impactante total de 108 millones de intentos de malware, posicionándose como el segundo país más atacado en América Latina, solo detrás de Brasil. “Los ataques de hoy son bastante direccionados. No son masivos”, explicó Fabio Assolini, director del Equipo Global de Investigación y Análisis para América Latina de Kaspersky. La sofisticación de estas amenazas va desde simples adwares hasta complejos troyanos y ransomwares, que comprometen la operación industrial.
El phishing continúa siendo la puerta de entrada predilecta para los atacantes, quienes aprovechan vulnerabilidades en software común como Microsoft Office para obtener acceso persistente a sistemas críticos. En este sentido, las recomendaciones de los expertos son claras: es imperativo que las empresas implementen una gestión continua de parches, segmentación robusta de redes y ejercicios de respuesta proactiva para minimizar riesgos.
A medida que la manufactura mexicana sigue siendo un pilar económico, su vulnerabilidad se traduce en un multiplicador de riesgo económico. Proteger estas instalaciones no es solo una cuestión de seguridad, sino una inversión estratégica en la competitividad del país. La lección es clara: blindar nuestras plantas es esencial para mantener a flote la economía nacional en un mundo cada vez más digital.