La recuperación tras una enfermedad cardíaca no depende únicamente de tratamientos médicos y cambios físicos, sino también de factores emocionales y relacionales que influyen de manera decisiva en el bienestar del paciente, reveló un estudio del Instituto de Cardiología de la Universidad de Ottawa, en Canadá, publicado en el Canadian Journal of Cardiology.
La investigación subraya que cuando el corazón enferma, la vida en pareja también se transforma, y que las relaciones sólidas y de apoyo pueden mejorar la salud cardíaca y la recuperación a largo plazo. En ese sentido, los autores proponen incluir de forma activa a las parejas en los programas de rehabilitación cardíaca, al considerar que los eventos cardiovasculares no solo afectan al paciente, sino también a quien comparte su vida cotidiana.
El análisis de diversas intervenciones basadas en la pareja mostró que 77% de los estudios revisados reportaron mejoras en los comportamientos de salud, con beneficios tanto en los resultados cardíacos como en la salud mental. Sin embargo, los investigadores advirtieron que la mayoría de los tratamientos aún pasa por alto la calidad de la relación, a pesar de que existe evidencia sólida de su impacto en la evolución de la enfermedad.
Heather E. Tulloch, autora principal del estudio, señaló que aunque en algunos casos las enfermedades cardíacas fortalecen los vínculos, con frecuencia representan un desafío emocional para ambos miembros de la pareja. En la Unión Europea, donde las enfermedades cardiovasculares causan un tercio de las muertes y 20% de los decesos antes de los 65 años, la atención sigue centrada mayoritariamente en el paciente individual.
El enfoque propuesto reconoce que las parejas suelen ser facilitadoras clave de la recuperación, al impulsar hábitos como una alimentación cardiosaludable, la actividad física regular y la adherencia al tratamiento. No obstante, los especialistas reconocen que aún se sabe poco sobre el impacto de estas intervenciones en el ajuste emocional y la calidad de la relación.
Ante ello, el estudio plantea desarrollar modelos de atención escalonada dentro de la rehabilitación cardíaca que permitan detectar y atender la angustia emocional de las parejas, así como ampliar futuras investigaciones a poblaciones más diversas. “Necesitamos tratar el corazón y cultivar las relaciones para mejorar la salud mental, los hábitos saludables y, posiblemente, los resultados cardiovasculares”, concluyó Tulloch.