Redacción
México.- La National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) ha informado que existe un 49% de probabilidad de que el fenómeno climático conocido como La Niña se desarrolle entre junio y agosto en el océano Pacífico. Esta probabilidad aumenta a un 69% para el periodo entre julio y septiembre del presente año.
La Niña, caracterizada por el enfriamiento anómalo de las aguas ecuatoriales del Pacífico Tropical, tiene un impacto significativo en las condiciones climáticas a nivel global. Este fenómeno suele venir acompañado de bajas temperaturas y provoca fuertes sequías en las zonas costeras del Pacífico.
Efectos Globales y Origen de La Niña
Según la UNAM, La Niña se origina por un proceso de enfriamiento anómalo en el océano Pacífico, lo cual genera cambios en el movimiento de las masas de aire, afectando de manera diversa distintas regiones del planeta. Mientras algunas áreas experimentan lluvias intensas, otras enfrentan sequías extremas. La Niña suele influir en el clima tras un periodo dominado por El Niño, que comenzó a afectar en mayo de 2023 con una intensidad especialmente alta. Sin embargo, los expertos aún no pueden determinar con certeza la fuerza y duración del nuevo fenómeno de La Niña.
Impacto de La Niña en México
El Dr. Alejandro Jaramillo, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explica que los efectos de La Niña varían según las regiones de México. En el norte del país, La Niña favorece condiciones de sequía debido a que la circulación atmosférica empuja la humedad y la precipitación hacia el noroeste de los Estados Unidos, dejando a México con menos frentes fríos y precipitaciones. Contrariamente, el sur de México se vuelve un poco más húmedo bajo la influencia de La Niña.
Contraste con El Niño
El Niño, fenómeno opuesto a La Niña, se produce debido al calentamiento del océano Pacífico y tiene un gran impacto en diversas regiones, como el norte del Pacífico, la región Andina y el Caribe. Sus efectos incluyen:
– Aumento de las temperaturas globales.
– Sequías o fuertes lluvias en algunas regiones.
– Pérdida de bosques tropicales.
– Condiciones favorables para incendios forestales.
– Deshielo acelerado de los casquetes polares.
– Blanqueamiento y mortandad de los corales.
Perspectivas y Preparativos
Ante la posible llegada de La Niña, se recomienda a las autoridades y a la población en general estar preparados para los posibles cambios climáticos que podría traer. Las regiones del norte deben anticipar y gestionar las condiciones de sequía, mientras que el sur debe estar atento a posibles aumentos en la humedad y precipitaciones. La coordinación entre los organismos meteorológicos y de protección civil será clave para mitigar los efectos adversos de este fenómeno climático.