Estados Unidos- En el contexto de la campaña electoral para las elecciones de noviembre, un estudio reciente del Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP) ha revelado que los trabajadores migrantes indocumentados en Estados Unidos pagaron 96 mil 700 millones de dólares en impuestos en 2022. Este sector, crucial para el funcionamiento de muchos servicios básicos, contribuyó con 59 mil 400 millones a las arcas federales y 37 mil 300 millones a las estatales y locales.
El estudio indica que cada millón de migrantes sin papeles que residen y trabajan en el país aportaron 8 mil 900 millones de dólares a los servicios públicos. Se estima que alrededor de 11 millones de trabajadores indocumentados viven en Estados Unidos, muchos de ellos desde hace décadas. La mayoría proviene del continente americano, con más de 4 de cada 10 procedentes de México, y una cuarta parte de Asia, África, Europa y las Islas del Pacífico.
Los migrantes indocumentados tienen una tasa de participación en la fuerza laboral más alta que la población nativa. Aunque representan solo el 3.4 por ciento de la población total, constituyen el 4.7 por ciento de la fuerza de trabajo. El informe estima que si estos trabajadores tuvieran permisos de trabajo, su contribución fiscal se elevaría a 136 mil 900 millones de dólares anuales.
Marco Guzmán, coautor del estudio y analista político principal del ITEP, destaca en un comunicado: «La conclusión es que, independientemente de la situación migratoria, todos contribuimos pagando nuestros impuestos». Más de un tercio de los impuestos pagados por los trabajadores indocumentados se destinan a financiar el sistema de pensiones (Seguridad Social) y el sistema médico público (Medicare), de los cuales están excluidos. Además, no pueden acceder a beneficios como ventajas fiscales por hijos a cargo o por bajos ingresos.
Seis estados -California, Texas, Nueva York, Florida, Illinois y Nueva Jersey– recaudaron más de mil millones de dólares cada uno en impuestos de los migrantes indocumentados. En 40 estados, estos migrantes pagan impuestos estatales y locales más altos que el 1 por ciento de las familias, según el estudio. La mayoría de los impuestos (46 por ciento) provienen de ventas y consumos específicos, 31 por ciento de impuestos sobre bienes inmuebles y 21 por ciento sobre la renta de las personas físicas o de las empresas.
A pesar de no tener un número de Seguridad Social, los migrantes indocumentados poseen un número de identificación fiscal (ITIN) que les permite pagar impuestos, comprar casas o autos. «Este estudio es otro recordatorio de que los migrantes indocumentados contribuyen a nuestras economías y a nuestros servicios públicos compartidos, y de que las decisiones políticas en materia de migración que se tomen en los próximos años tendrán consecuencias significativas para los ingresos públicos», concluye el informe.