Luisa Fernanda Herrera, nacida en México pero actualmente representante de Uzbekistán, se ha consagrado como la tercera mejor esgrimista del mundo en sable femenil. Según el ranking de la Federación Internacional de Esgrima (FIE), Herrera acumuló 142,000 puntos, posicionándose detrás de la húngara Ana Spiesz (152,000) y la china Pan Quimiao (153,000).
Siguiendo los pasos de Paola Pliego
La historia de Herrera recuerda el camino recorrido por su hermana, Paola Pliego, quien también optó por competir bajo la bandera de Uzbekistán tras conflictos con la Federación Mexicana de Esgrima, encabezada por Jorge Castro.
El caso de Pliego fue especialmente polémico, ya que la atleta enfrentó un falso positivo por dopaje antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016, lo que truncó sus aspiraciones olímpicas. Posteriormente, demandó a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), logrando una resolución favorable en diciembre de 2023, cuando se le indemnizó con 15 millones de pesos por daño moral.
Esgrima en ascenso con tintes de exilio
La trayectoria de Luisa Fernanda Herrera representa no solo el talento mexicano en el deporte, sino también las dificultades que enfrentan los atletas nacionales en su desarrollo profesional. Al igual que Pliego, Herrera encontró en Uzbekistán un camino para competir al más alto nivel, llevando su nombre a la élite de la esgrima mundial.
Mientras Herrera celebra este logro histórico, el caso resalta la necesidad de mejores condiciones para los deportistas mexicanos, quienes muchas veces se ven obligados a buscar nuevas oportunidades fuera del país para alcanzar su máximo potencial.