La emblemática ciudadela inca de Machu Picchu, considerada una de las siete maravillas del mundo moderno y el mayor símbolo turístico del Perú, aumentará su capacidad máxima de visitantes a 5,600 personas por día en temporada alta a partir de 2026, según informó el Ministerio de Cultura.
De acuerdo con la resolución publicada este sábado en el diario oficial El Peruano, el nuevo límite aplicará en fechas de alta demanda: Año Nuevo (1 de enero), Semana Santa (del 2 al 5 de abril), del 19 de junio al 2 de noviembre y fin de año (30 y 31 de diciembre). Durante el resto del año, el aforo regular se mantendrá en 4,500 visitantes diarios.
El Ministerio también confirmó que los precios de entrada permanecerán sin cambios, con una tarifa de 64 soles (equivalentes a unos 19 dólares o 16,35 euros) para peruanos, extranjeros residentes en Perú y ciudadanos de la Comunidad Andina (CAN), integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
Reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1983, Machu Picchu es visitada anualmente por más de 1.5 millones de turistas. Sin embargo, la afluencia masiva ha generado constantes advertencias sobre el impacto ambiental y estructural en el sitio arqueológico y el parque natural que lo rodea.
En 2015, la Unesco y el especialista Douglas Comer recomendaron limitar el ingreso a 2,500 visitantes por día para proteger el patrimonio, luego de que el flujo turístico alcanzara picos de hasta 6,000 personas diarias.
Durante la pandemia de la COVID-19, el complejo permaneció cerrado por casi nueve meses y, al reabrir, se estableció un aforo máximo de 2,244 visitantes diarios. Desde entonces, el número ha aumentado gradualmente hasta el actual límite, con la implementación de circuitos diferenciados y horarios escalonados para evitar aglomeraciones.
Pese a la preocupación de organismos internacionales, el gobierno peruano aseguró que el incremento de visitantes “cuenta con sustento técnico” y descartó proyectos que pretendían reducir aún más los tiempos de permanencia o expandir el acceso a niveles “inviables”, como los 27,000 turistas diarios planteados en años anteriores.
Con esta medida, Perú busca equilibrar la conservación patrimonial con el impulso al turismo, uno de los pilares de su economía. Machu Picchu, descubierta para el mundo en 1911 por el explorador estadounidense Hiram Bingham, sigue siendo un destino soñado que conjuga historia, espiritualidad y belleza natural en los Andes cusqueños.
“El reto es preservar el santuario sin frenar su atractivo global”, subrayan autoridades culturales, en alusión a la necesidad de mantener la sostenibilidad del sitio ante el creciente interés del turismo internacional.