Redacción
México.- Las marcas de automóviles chinas están experimentando un auge sin precedentes en el mercado mexicano, alcanzando un hito significativo con ventas de 129,329 unidades en 2023, lo que representa un impresionante aumento del 63% en comparación con el año anterior, según datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), respaldados por el Inegi.
Este fenómeno marca un cambio sustancial, ya que la venta de vehículos chinos ahora representa el 19.5% del mercado interno nacional, un notorio aumento desde el 6.4% registrado en 2019 antes de la pandemia, según destacó la AMDA.
La mayor disponibilidad de unidades durante la escasez global de chips, que afectó principalmente a fabricantes estadounidenses y europeos, permitió a las marcas chinas ingresar con fuerza al mercado mexicano. Carlos Zarza, consejero de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, atribuye este éxito a la agilidad y disponibilidad de las marcas asiáticas.
Guillermo Rosales, presidente ejecutivo del AMDA, resaltó que el desarrollo de la industria automotriz china ha evolucionado más allá de atender el mercado doméstico, demostrando capacidad para competir y producir a nivel internacional.
A pesar de la posible competencia con marcas establecidas que tienen plantas en México, el país ha mostrado apertura en lugar de imponer restricciones a las marcas chinas. «Más que una política en China, ha sido más bien una apertura en México», señaló Zarza.
La empresa JAC es la única marca china con una planta de ensamblaje en México, ubicada en Ciudad Sahagún, Hidalgo, según datos de la AMDA. Usuarios han expresado su satisfacción con marcas como MG, destacando la relación calidad-precio y el proceso de compra ágil.
Sin embargo, a pesar de la creciente popularidad, existe la preocupación sobre la disponibilidad de repuestos en México para posibles reparaciones futuras, señaló Zarza.
Por otro lado, la creciente demanda de autos chinos ha llevado a la saturación de puertos como Lázaro Cárdenas, Michoacán, donde la falta de «nodrizas» para el transporte ha generado retrasos y aumentos significativos en los precios de estos servicios especializados. La inseguridad en las carreteras también ha afectado la logística y la seguridad del transporte de estos vehículos.