Redacción
México.- Según datos recopilados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el año 2023 fue testigo de una escalofriante cifra de más de 8,500 personas que perdieron la vida en rutas migratorias de todo el mundo. Este trágico recuento representa un aumento del 20% con respecto al año anterior, consolidando el 2023 como el año más mortífero desde que se iniciaron los registros hace una década.
El informe revela que más del 50% de estas muertes se atribuyen a casos de ahogamiento, mientras que el 9% se derivó de accidentes de tráfico y un 7% estuvo relacionado con actos de violencia. Estas estadísticas alarmantes subrayan los peligros inherentes que enfrentan los migrantes en su búsqueda de un lugar más seguro y próspero.
La ruta migratoria más peligrosa sigue siendo la del Mediterráneo, con un total de 3,129 fallecidos, marcando la cifra más alta desde 2017. Sin embargo, las estadísticas también muestran un aumento preocupante en Asia, con 2,138 casos, incluidos cientos de refugiados afganos y rohingyas. África contribuyó con 1,866 muertes, principalmente debido a la travesía por el desierto del Sáhara y la ruta marítima hacia las Islas Canarias.
El Proyecto de Migrantes Desaparecidos, establecido por la OIM en 2014 después de dos naufragios frente a las costas de Lampedusa, ha registrado más de 63,000 muertes en este tiempo. Ante estas tragedias, la OIM ha instado a la implementación de medidas políticas que garanticen rutas seguras para la migración, con el objetivo de evitar que más vidas se pierdan en busca de un futuro mejor.
En palabras de la subdirectora de la agencia, Ugochi Daniels, cada una de estas víctimas representa una «tragedia humana terrible» y sirve como un recordatorio de la necesidad de un compromiso continuo para asegurar una migración segura para todos. Es esencial que las personas no se vean obligadas a arriesgar sus vidas en su búsqueda de una vida mejor.