1 de July de 2025 New York

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Más que para embalar: los usos sorprendentes del plástico de burbujas en casa y el jardín

Lo que para muchos es solo un material de embalaje —y un placer culpable para explotar con los dedos— tiene un potencial mucho mayor del que imaginamos. El clásico plástico de burbujas, creado en 1957 por los ingenieros estadounidenses Marc Chavannes y Alfred Fielding, fue inicialmente concebido como papel pintado decorativo. Aunque ese propósito no prosperó, sí encontró una función revolucionaria en la protección de objetos frágiles.

Flexible, impermeable, reutilizable y resistente a impactos, el plástico de burbujas es un elemento cotidiano que puede tener una segunda vida útil más allá de las cajas de envío. Según expertos en embalaje de Simapack, y como han demostrado múltiples experiencias domésticas y hortícolas, este material tiene aplicaciones tan útiles como inesperadas.

Aliado del jardín en todas las estaciones

Durante el verano, el plástico de burbujas puede utilizarse como una cubierta ligera para proteger plantas del viento, granizo o temperaturas extremas. Colocado sobre la tierra o alrededor de las macetas, reduce la evaporación y ayuda a conservar la humedad, especialmente valioso en épocas de sequía o en zonas con escasez de agua. Eso sí, los expertos advierten que no debe colocarse directamente sobre las hojas, ya que su efecto lupa podría dañarlas en días soleados.

En invierno, se convierte en un escudo contra el frío: sus burbujas de aire actúan como aislante térmico, limitando el intercambio de calor con el exterior. Muchos invernaderos lo usan para cubrir estructuras completas, pero también es útil para envolver macetas, tallos jóvenes o plantas sensibles. Es ligero, fácil de fijar con pinzas o cinta, y puede reutilizarse durante varias temporadas.

Un recurso doméstico multifuncional

Fuera del jardín, sus propiedades lo hacen ideal para mejorar el aislamiento térmico y acústico del hogar. Colocado en las ventanas durante el invierno, puede reducir la pérdida de calor y ayudar a bajar el consumo de calefacción. También puede adherirse a puertas o paredes delgadas para amortiguar el ruido.

En la cocina, es práctico para forrar cajones del refrigerador, proteger la vajilla o evitar que los olores se mezclen. Además, es perfecto para mantener la forma de bolsos, sombreros o prendas delicadas al guardarlos, y en el mundo de las manualidades, se utiliza para pintar, crear texturas o incluso hacer moldes decorativos con chocolate.

Reutilizar es clave

Lejos de ser un desecho de un solo uso, el plástico de burbujas puede ser reutilizado múltiples veces si se conserva en buen estado. Ya sea en el jardín, en casa o en actividades creativas, este material demuestra que a veces lo más útil está justo frente a nosotros, esperando una nueva oportunidad.

Así que, antes de tirarlo, piensa en todo lo que puedes hacer con él. Tu bolsillo —y el planeta— te lo agradecerán.

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