El uso del teléfono celular en escuelas de educación básica se ha convertido en uno de los temas más polémicos de los últimos años. En un país donde niñas, niños y adolescentes conviven diariamente con pantallas, crece la inquietud sobre cómo esta relación impacta su atención, su convivencia y, sobre todo, su bienestar emocional.
En respuesta a esta preocupación, la diputada Diana Karina Barreras, del Partido del Trabajo, presentó una iniciativa que busca establecer lineamientos claros para regular el uso de celulares dentro de los planteles educativos. Su premisa es contundente: ordenar el uso de dispositivos no es un castigo, sino una medida para proteger la salud mental y el desarrollo social de las infancias.
Los riesgos que ya están afectando a la niñez mexicana
Estudios internacionales han demostrado que el uso indiscriminado de pantallas puede provocar trastornos de sueño, ansiedad, irritabilidad y problemas de concentración. Estos efectos, cada vez más comunes entre menores de edad, impactan directamente el rendimiento académico y la calidad del ambiente escolar.
Además, especialistas han alertado sobre un fenómeno creciente: la disminución de la interacción presencial entre pares. “La tecnología no es enemiga, pero sí requiere límites claros”, recalcó Barreras al presentar la iniciativa.
Cuando la tecnología se convierte en aliada
A pesar de los riesgos, la diputada subraya que los dispositivos también pueden convertirse en herramientas pedagógicas valiosas si están acompañados por reglas y supervisión. Plataformas interactivas, contenidos educativos y herramientas de investigación pueden complementar las clases y potenciar el aprendizaje.
Pero el factor clave es el acompañamiento. “Las y los adultos somos responsables de enseñar a las infancias a convivir con la tecnología. No podemos pedirles autocontrol si nosotros mismos no acompañamos ese proceso”, enfatizó la legisladora.
Un modelo flexible para cada escuela
La propuesta plantea que cada comunidad escolar defina sus propias reglas sobre el uso de celulares, tomando en cuenta las necesidades y particularidades de cada plantel. Esto permitirá que docentes, madres, padres y directivos participen en la construcción de acuerdos realistas y efectivos.
Para fortalecer la iniciativa, Barreras convocó a organizaciones como Fundación PAS y Tejiendo Redes Infancia, especializadas en bienestar infantil, salud mental y derechos digitales, con el fin de integrar una visión integral de protección.
Hacia una agenda nacional de ciudadanía digital
La legisladora afirmó que esta propuesta es apenas el inicio de una agenda más amplia que coloque a la infancia en el centro de la conversación sobre tecnología. Su objetivo final: formar niñas y niños capaces de convivir con lo digital de forma saludable, segura y equilibrada.
La discusión apenas comienza, pero el mensaje es claro: regular no significa prohibir, sino enseñar a usar. Y en un mundo donde las pantallas acompañan a las nuevas generaciones desde la cuna, México busca dar un paso decisivo hacia una educación que proteja la mente y el futuro de sus estudiantes.