Cada 15 de agosto, celebramos el Día de la Relajación. En México, el país que más trabaja del mundo, esta fecha adquiere un significado especial. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un trabajador en México trabaja en promedio 2,226 horas al año. Esto contrasta con las 1,349 horas de Alemania y las 1,490 de Francia.
Sin embargo, más horas no siempre significan mejor productividad. El 75% de la fuerza laboral mexicana sufre de estrés laboral, según datos recientes del IMSS. Este estrés no es solo una molestia; se asocia con enfermedades cardíacas, insomnio, ansiedad y más, lo que afecta la calidad de vida.
Además, el 55.8% de los trabajadores mexicanos está en la informalidad. Esto implica falta de prestaciones y seguridad social, aumentando la incertidumbre y el estrés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) compara el estrés crónico con riesgos como el tabaquismo y la obesidad.
El Día de la Relajación no es solo una fecha simbólica. Nos recuerda que detenernos a cuidar nuestra salud mental y física es crucial. Las prácticas como yoga, meditación o el uso de aplicaciones como Headspace pueden ser de gran ayuda.
Algunas empresas ya reconocen que cuidar a sus empleados es rentable. Reducen la rotación y el ausentismo laboral, mejorando el desempeño a largo plazo. En México, aprender a frenar puede ser la mejor estrategia para avanzar con salud y productividad.