Redacción
México.- En el sureste de México, específicamente en Chalchiuitán, Chiapas, mujeres indígenas están liderando la adopción de nuevas técnicas agroecológicas para enfrentar la crisis climática y proteger a las abejas, fundamentales para la biodiversidad y la economía local.
La actividad apícola, arraigada desde hace siglos en las comunidades indígenas de la región, está experimentando una renovación gracias a la implementación de prácticas sostenibles. Apolonia Gómez López, del pueblo tsotsil de Chalchiuitán, destacó la importancia de las abejas tanto para la medicina como para la generación de ingresos.
En Chiapas, que alberga una cuarta parte de la diversidad de abejas de México, las mujeres están tomando un papel protagónico en la apicultura. Según datos de la Secretaría de Agricultura, la mayoría de los apicultores en Chiapas son mujeres, quienes han adoptado medidas sostenibles frente al fenómeno de la migración.
El investigador Remy Vandame, de Ecosur, resaltó el trabajo de estos apicultores pero también alertó sobre los desafíos que enfrentan, como el bajo precio de la miel en el mercado internacional y la deforestación. Además, mencionó la crisis climática, que amenaza a ciertas especies de abejas debido a la pérdida de su hábitat.
Ante este panorama, la Secretaría de Agricultura en Chiapas ha implementado estrategias integrales para promover la reforestación y el cuidado de las abejas. A través de programas educativos en las escuelas de campo, se busca concienciar sobre la importancia de preservar el medio ambiente y promover prácticas sostenibles en la apicultura.
Chalchiuitán, ubicado a tres horas de la capital de Chiapas, es un municipio con más de 20 mil habitantes y catalogado como de alta marginación. En este contexto, el trabajo de las mujeres indígenas apicultoras no solo contribuye a la conservación del medio ambiente, sino que también representa una oportunidad para el desarrollo económico y social de la comunidad.