El Mundial de Futbol 2026 enfrenta un reto inesperado: el calor extremo. Según el informe Pitches in Peril (Canchas en peligro), elaborado por las ONG’s Football for Future y Common Goal, junto con la consultora Jupiter Intelligence, 10 de los 16 estadios sedes ya superan los límites de seguridad para jugar por las altas temperaturas.
En el caso de México, el Estadio BBVA de Monterrey figura con hasta nueve días al año considerados “injugables” debido a temperaturas superiores a 35 grados bajo el índice WBGT (que mide el estrés térmico). En contraste, el Estadio Azteca de la Ciudad de México y el Estadio Akron de Guadalajara no aparecen en la lista de riesgo inmediato.
En Estados Unidos, la situación es más crítica:
- Houston ya acumula 51 días injugables al año.
- Dallas, 33.
- Kansas City, 17.
- Atlanta y Monterrey, 9 cada uno.
- Miami, 8.
- Filadelfia, 7.
- Nueva Jersey, 3.
- Boston, 2.
- Los Ángeles, 1.
Futuro incierto para los torneos
El informe advierte que, hacia 2050, el calor extremo será la nueva normalidad, y el 90% de los estadios de Norteamérica requerirá adaptaciones. Houston podría alcanzar hasta 92 días injugables, Dallas 64, Miami 54 y Monterrey 29.
Los autores sostienen que “los riesgos climáticos pueden demandar una planificación distinta de cuándo, dónde y cómo se juegan los partidos”. Incluso plantean que la de 2026 “podría ser la última Copa del Mundo en la región” bajo el modelo actual de calendario veraniego.
Voces desde el futbol
El español Juan Mata, campeón del mundo en 2010, subrayó la urgencia: “La crisis climática es una realidad. El futbol une a las personas, pero ahora también nos recuerda lo que podemos perder si no actuamos”.
Los especialistas concluyen que el futbol, por su capacidad de movilizar a millones, puede convertirse en un actor clave en la lucha contra el cambio climático, y que torneos como el Mundial son una oportunidad para impulsar soluciones innovadoras y sostenibles.