El impacto económico del Mundial 2026 en México será significativo. A menos de 300 días para que inicie, el país se prepara no solo para una fiesta deportiva, sino también para un considerable efecto económico y ambiental. Se anticipa un aumento en el consumo de alimentos, bebidas y boletos VIP.
Un estudio de Cheaf, una app mexicana que rescata excedentes de alimentos, revela datos interesantes. Un 55% de los encuestados planea pedir comida a domicilio durante los partidos. Además, un 48% comprará botanas y bebidas en grandes cantidades, y un 39% organizará convivios donde cada quien llevará alimentos.
Sin embargo, Braulio Valenzuela de Cheaf advierte sobre un problema oculto: el desperdicio de comida. El reto, dice, no es solo vender más pizzas o tacos, sino evitar que los alimentos terminen en la basura por una mala planificación. Este desperdicio podría traducirse en toneladas de comida desechada, contribuyendo significativamente a las emisiones de carbono.
Aunque el 74% de los encuestados es consciente del impacto ambiental, las acciones planeadas son básicas. La mayoría planea organizar mejor sus compras y compartir o reutilizar la comida sobrante. Valenzuela sugiere implementar políticas públicas para fomentar un consumo más responsable.
Por otro lado, el Mundial también impactará a través de los boletos VIP, cuyos precios varían entre 34,700 y 78,500 pesos. Estos costos reflejan cómo el espectáculo deportivo se convierte en una inversión significativa para los aficionados.
Mientras el balón ruede, dos partidos se jugarán fuera de la cancha: el del gasto millonario en entretenimiento y el de la elección consciente entre el desperdicio o un consumo sostenible.