La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que 2 mil 100 millones de personas en el mundo tienen dificultades económicas para cubrir la atención médica, y que mil 600 millones de ellas viven en pobreza o caerán en pobreza extrema debido a los gastos de salud. Así lo señala el informe Seguimiento de la cobertura sanitaria universal: informe de monitoreo global 2025, difundido este jueves, en el que se subraya que los avances en la cobertura sanitaria universal han sido insuficientes y vulneran el derecho a la salud de millones de personas.
El documento destaca que 55 por ciento del gasto en salud se destina a la compra de medicamentos; sin embargo, entre quienes viven en pobreza esta proporción aumenta a 60 por ciento, obligando a las familias a sacrificar necesidades esenciales. Pese a ello, el reporte elaborado junto con el Banco Mundial reconoce progresos: entre 2000 y 2023 el Índice de Cobertura de Servicios aumentó de 54 a 71 puntos, mientras que la proporción de personas con problemas económicos por gastos médicos descendió de 34 a 26 por ciento.
No obstante, la OMS y el Banco Mundial advierten que, de mantenerse el ritmo actual, la meta global de lograr cobertura sanitaria universal para 2030 no se alcanzará. “A este ritmo, una de cada cuatro personas seguirá en dificultades financieras al finalizar el periodo fijado para los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, señala el informe, que también advierte sobre el creciente impacto del gasto de bolsillo incluso en poblaciones de ingresos no bajos, particularmente en países de renta media.
El informe indica que la expansión de programas contra enfermedades infecciosas ha sido un motor clave para ampliar la cobertura, mientras que las intervenciones para enfermedades crónicas también muestran avances sostenidos. En contraste, los progresos en salud sexual, reproductiva, materna, neonatal e infantil han sido más lentos.
Las desigualdades persisten: en 2022, tres de cada cuatro personas en el quintil más pobre enfrentaron dificultades financieras por gastos de salud, frente a menos de una de cada 25 en el quintil más rico. Ante este panorama, la OMS llamó a una acción urgente para garantizar atención esencial gratuita a personas en situación de pobreza o vulnerabilidad, aumentar la inversión pública en sistemas de salud y abordar el alto costo de los medicamentos.
Además, propuso acelerar el acceso a servicios esenciales para enfermedades crónicas, fortalecer la atención primaria para mejorar la equidad y eficiencia, y adoptar enfoques multisectoriales que reconozcan la influencia de los determinantes sociales en la salud.