Redacción
México.- La jueza Séptima de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México ordenó este jueves detener temporalmente las reglas de operación del programa La Escuela es Nuestra (LEEN) por ser violatorios de los derechos a la educación y a la alimentación de niñas, niños y adolescentes.
Lo anterior ante un amparo que promovió el pasado 22 de marzo la organización civil Mexicanos Primero, quienes señalaron que la Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Delfina Gómez, no prevé horas adicionales de clase y servicios de alimentación a los estudiantes con el LEEN que se implementó a cambio de la eliminación del programa Escuelas de Tiempo Completo (ETC).
Cabe mencionar que, como en muchos otros casos el argumento principal del Gobierno Federal fue es que el programa ETC prestaba supuestos actos de corrupción, aunque existe más evidencia de todas las externalidades positivas que generaba.
Se llegó a esta determinación “tomando en consideración el derecho que asiste a los menores de recibir educación, cuidado y atención mientras sus padres, tutores o personas responsables de ellos […] No tienen empleo, buscan un empleo o tienen un empleo que nos les brinda el acceso a los servicios de cuidado y atención infantil, toda vez que lo que pretende con la implementación de escuelas de tiempo completo […] es que los menores reciban alimentación adecuada para su desarrollo y que esta permita su aprovechamiento académico”.
Además, hizo mención específica al aumento en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2022 y aún así “no se encuentra contemplado el programa Escuelas de Tiempo completo (…), situación que refuerza la concesión de la medida cautelar”.
Recientemente, Delfina Gómez aseguró que el llamado modelo de ETC se incorporaba al programa LEEN, donde se define la organización de los centros y programas escolares. Pero al eliminar el presupuesto a las Escuelas de Tiempo Completo se prescindía de la manutención y la jornada ampliada, lo que en definitiva lo aniquilaba.
Antes de la llegada del COVID-19 a México, este programa se venía aplicando con anterioridad en cerca de 27 mil escuelas en las que se atendía alrededor de 3.6 millones de niños y niñas en entornos sociales desfavorecidos. Muchos de ellos disfrutaban en la escuela de la única comida diaria o la más saludable.
Según especialistas, el programa era valioso no solo por lo que proporciona, sino porque el alumnado pasaba más horas en un ambiente educativo, alejados de entornos peligrosos o vagando por las calles toda la tarde.
Pero también para los maestros al contar con un apoyo económico extra por prolongar su jornada en las aulas. Y era especialmente valioso para las mujeres, muchas de ellas madres solteras, porque les facilitaba compaginar la crianza con un empleo fuera o dentro de casa.
Ante estas afectaciones, estudiantes, padres y madres de familia, así como maestros, protestaron este jueves en varios puntos del país, exigiendo que regresen las Escuelas de Tiempo Completo.
En el Zócalo de la Ciudad de México estudiantes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) mostraron pancartas y gritaron consignas para exigir que no se cancelen. Los manifestantes acusaron que hoy en día la educación no es un tema prioritario para la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.