Las protestas del Poder Judicial de la Federación en la Ciudad de México, derivadas de la polémica reforma judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, han generado un aumento del 30% en las ventas de restaurantes, hoteles y cafeterías en la zona de Insurgentes y Paseo de la Reforma. Comerciantes locales señalan que, gracias al plantón y campamento de trabajadores judiciales, han visto un incremento significativo en la cantidad de comensales.
“En días normales atendemos entre 50 y 70 personas, pero ahora estamos atendiendo más de 100 diariamente”, comentó un mesero de un hotel cercano. Los empleados del Senado solían ser los principales clientes, pero desde el inicio del plantón, los trabajadores judiciales han tomado ese lugar.
El campamento del Poder Judicial cuenta con comida para sus trabajadores, pero muchos de ellos han preferido visitar los restaurantes cercanos, donde disfrutan de platillos como chilaquiles, quesadillas y desayunos completos. Estos espacios también se han convertido en puntos de reunión para debatir sobre la reforma judicial y su impacto en el futuro del sistema de justicia en México.
La protesta surge tras la aprobación de la reforma judicial por el Senado de la República, en una sesión caótica que incluyó la invasión del recinto por manifestantes. Con 86 votos a favor y 41 en contra, la reforma busca que los ciudadanos elijan a jueces, magistrados y ministros. La Suprema Corte de Justicia de la Nación verá reducida su cantidad de ministros de 11 a 9, lo que ha generado un fuerte rechazo por parte del Poder Judicial.
Juana Fuentes Velázquez, directora de la Asociación Nacional de Magistrados y Jueces, ofreció una conferencia en la que denunció la aprobación como un golpe al Estado de Derecho. Frente a más de mil empleados judiciales, los manifestantes reafirmaron su determinación de seguir luchando contra los cambios aprobados.