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Quedan 90 segundos en el Reloj del Día del Juicio Final, afirman Científicos Atómicos

Redacción

México.-  El Boletín de los Científicos Atómicos adelanta su simbólico Reloj del Día del Juicio Final este 2022 a 90 segundos de la medianoche, en su evaluación de lo cerca que estamos del Apocalipsis.

Este año, la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín de los Científicos Atómicos adelanta las manecillas del Reloj del Juicio Final, en gran parte (aunque no exclusivamente) debido a los crecientes peligros de la guerra en Ucrania. El reloj está ahora a minuto y medio de la medianoche, lo más cerca que ha estado nunca de una catástrofe mundial. En los últimos años se había mantenido a 100 segundos.

El Boletín de los Científicos Atómicos es una publicación académica dirigida al público en general dedicada a temas relacionados con la supervivencia y el desarrollo de la humanidad, frente a las amenazas de las armas nucleares, armas de destrucción masiva, el cambio climático, las tecnologías emergentes y enfermedades.

De periodicidad bimensual, fue publicado por primera vez en 1945, como Bulletin of the Atomic Scientists of Chicago, al ser fundada por miembros del Proyecto Manhattan tras los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki.

El informe de 2023 señala que la guerra de Rusia contra Ucrania ha planteado “profundos interrogantes” sobre cómo interactúan los Estados, erosionando las normas de conducta internacional que sustentan respuestas exitosas a una variedad de riesgos globales.

“Y lo peor de todo, las amenazas poco veladas de Rusia de utilizar armas nucleares recuerdan al mundo que la escalada del conflicto —por accidente, intención o error de cálculo— es un riesgo terrible. La posibilidad de que el conflicto se descontrole sigue siendo alta”, concluye en un comunicado.

La guerra ha llegado a los emplazamientos de los reactores nucleares de Chernóbil y Zaporizhzhia, violando los protocolos internacionales y arriesgándose a una liberación generalizada de materiales radiactivos. Hasta ahora, los esfuerzos del Organismo Internacional de Energía Atómica para proteger estas centrales han sido rechazados.

Mientras prosigue la guerra de Rusia contra Ucrania, peligra el último tratado sobre armas nucleares entre Rusia y Estados Unidos, el Nuevo START. A menos que las dos partes reanuden las negociaciones y encuentren una base para nuevas reducciones, el tratado expirará en febrero de 2026. Esto eliminaría las inspecciones mutuas, profundizaría la desconfianza, espolearía una carrera armamentística nuclear y aumentaría la posibilidad de un intercambio nuclear, resalta el nuevo informe.

Los efectos de la guerra no se limitan a un aumento del peligro nuclear; también socavan los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático. Los países que dependen del petróleo y el gas rusos han tratado de diversificar sus suministros y proveedores, lo que ha dado lugar a un aumento de la inversión en gas natural precisamente cuando dicha inversión debería haber disminuido.

En el contexto de una guerra caliente y con las amenazas nucleares como telón de fondo, el informe sostiene que “la continua corriente de desinformación sobre laboratorios de armas biológicas en Ucrania hace temer que la propia Rusia esté pensando en desplegar este tipo de armas, que muchos expertos creen que sigue desarrollando”.

La invasión rusa de Ucrania ha aumentado el riesgo de uso de armas nucleares, ha agravado el espectro del uso de armas biológicas y químicas, ha obstaculizado la respuesta mundial al cambio climático y ha entorpecido los esfuerzos internacionales para hacer frente a otros problemas mundiales. La invasión y anexión de territorio ucraniano también han violado las normas internacionales de forma que pueden envalentonar a otros a emprender acciones que desafíen los acuerdos previos y amenacen la estabilidad.

Para superar este conflicto, el informe defiende que como mínimo, Estados Unidos debe mantener abierta la puerta a un compromiso de principios con Moscú que reduzca el peligroso aumento del riesgo nuclear que la guerra ha fomentado.

“Un elemento de la reducción del riesgo podría consistir en contactos sostenidos y de alto nivel entre militares estadounidenses y rusos para reducir la probabilidad de un error de cálculo. El Gobierno estadounidense, sus aliados de la OTAN y Ucrania disponen de multitud de canales de diálogo; todos ellos deberían explorarse. Encontrar un camino hacia unas negociaciones de paz serias podría contribuir en gran medida a reducir el riesgo de escalada. En esta época de peligro mundial sin precedentes, se requiere una acción concertada, y cada segundo cuenta”, subraya el informe.

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