Los hábitos de consumo de noticias en México han experimentado una transformación radical en los últimos años. De acuerdo con el más reciente informe del Reuters Institute for the Study of Journalism, publicado este martes, los mexicanos ahora prefieren informarse a través de redes sociales en lugar de la televisión o la prensa escrita.
El estudio, basado en una encuesta en línea a casi 100,000 personas en 48 países, destaca que México es uno de los países con mayor consumo de noticias a través de redes sociales. Entre las plataformas más utilizadas para compartir noticias se encuentran Facebook (52 %), YouTube (35 %), WhatsApp (28 %), TikTok (24 %), Instagram y X (antes Twitter), ambas con un 15 %.
“Los mexicanos son fuertes consumidores de redes sociales, con TikTok creciendo rápidamente para las noticias”, señala el reporte, que también advierte sobre el desplazamiento sostenido de los medios tradicionales.
En paralelo, el informe destaca una caída significativa en la confianza en los medios de comunicación en el país. Mientras en 2017 el 49 % de los mexicanos confiaba en las noticias que recibía, en 2025 esta cifra ha descendido al 36 %, ubicando a México en el lugar 27 entre los 48 países analizados.
Una de las razones apuntadas por el estudio para explicar este descenso es la postura crítica que mantuvo el expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) hacia los medios de comunicación. Aunque la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, ha adoptado un tono más conciliador, la percepción pública no ha mejorado significativamente.
El documento también advierte sobre los efectos de la mayoría legislativa que ostenta el partido oficialista, Morena, lo que ha derivado en la desaparición de organismos autónomos vinculados al acceso a la información. Este control, sumado a la creciente influencia del Ejecutivo sobre el Poder Judicial, ha generado alertas entre sectores opositores que advierten sobre una “creciente autocracia” en el país.
El panorama mediático mexicano enfrenta así una doble encrucijada: adaptarse a los nuevos canales de distribución digital y recuperar la confianza de una ciudadanía cada vez más escéptica.