Redacción
México.- Más del 50% del territorio de México está siendo afectado por una severa sequía que abarca desde sequía severa hasta excepcional, según el reporte más reciente del Monitor de Sequía del Servicio Meteorológico Nacional. Esta situación está generando graves preocupaciones en el país, ya que las inclemencias climáticas han resultado en la pérdida de más de 500,000 hectáreas de cultivos hasta septiembre de este año.
Los estados de Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro reportan sequía de severa a excepcional en todo su territorio, mientras que Chihuahua, Sinaloa y San Luis Potosí enfrentan condiciones similares en más del 90% de sus territorios. Además, Sonora, Zacatecas y Durango experimentan sequía en más del 80% de sus superficies.
Según el informe, el 1.52% del territorio nacional presenta sequía excepcional, la situación más crítica; el 23.24% está bajo sequía extrema, el 26.30% enfrenta sequía severa y el 15.03% sufre sequía moderada.
La sequía excepcional se concentra en Durango, San Luis Potosí, Querétaro e Hidalgo, afectando a un 1.59% del país. La sequía extrema se localiza en el noroeste, centro-norte y Pacífico sur, con 563 municipios en esta categoría, incluyendo 99 en Oaxaca, 85 en Michoacán, 54 en Sonora, 49 en Chihuahua y 40 en Guanajuato.
La falta de lluvias también se refleja en el nivel de llenado de las presas, con 116 de las 2010 presas monitoreadas por la Conagua con menos del 50% de su capacidad de almacenamiento, representando el 27% del almacenamiento nacional. El nivel de almacenamiento en general es de 62,722 millones de metros cúbicos, un **32% menos** que el promedio histórico para esta época del año.
Estas condiciones de sequía han tenido un impacto en la agricultura y ganadería, con más de 502,000 hectáreas siniestradas hasta septiembre de 2023, lo que equivale al 3% de las hectáreas sembradas en el país. Los estados más afectados incluyen Chihuahua, Zacatecas y San Luis Potosí.
A pesar de las dificultades, la producción de carne en canal y leche ha sido ligeramente superior a la de los años anteriores. Sin embargo, la mayor preocupación recae en las consecuencias que podrían surgir en la producción agrícola del 2024, especialmente durante la temporada de cosechas del próximo año.
La falta de lluvias ha dejado a agricultores y ganaderos en una posición vulnerable, y existe la incertidumbre sobre si habrá suficiente agua para riego en la próxima temporada de siembra. Los expertos advierten que el impacto de la sequía podría ser mucho más severo en el futuro y afectar gravemente la producción de alimentos en el país, lo que podría resultar en una mayor dependencia de las importaciones.
Con información de El Economista