El agua, ya sea por su escasez o por su exceso, está poniendo en peligro a tres de cada cuatro sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, revela un nuevo análisis del proyecto Aqueduct del World Resources Institute (WRI). De los más de mil 200 lugares reconocidos a nivel mundial, al menos 20 se encuentran en México, y 18 de ellos enfrentan un riesgo medio o alto debido al estrés hídrico o a la sequía.
Entre los sitios mexicanos más afectados se encuentran importantes zonas arqueológicas prehispánicas como Calakmul, en Campeche; Chichén Itzá y Uxmal, en Yucatán. Estos lugares no solo padecen estrés hídrico en la actualidad, sino que paradójicamente también presentan un alto riesgo de inundación.
En una situación similar se encuentra Palenque, en Chiapas, que por ahora no muestra estrés hídrico, pero sí está en peligro de sufrir inundaciones. El Tajín, en Veracruz, también enfrenta esta amenaza.
El patrimonio colonial también está comprometido. Entre los sitios vulnerables están los monasterios del siglo XVI ubicados en las faldas del Popocatépetl, el acueducto del padre Tembleque y diversas secciones del Camino Real de Tierra Adentro. Los centros históricos de ciudades como Zacatecas, Morelia, Querétaro, Puebla y Guanajuato, junto con sus minas adyacentes, también presentan problemas relacionados con la falta de agua.
Además, Tlacotalpan, en Veracruz, sufre tanto riesgo de sequía como de inundación, según el informe.
Los sitios naturales no están exentos. La Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, en Michoacán, y la del Pinacate y el Gran Desierto de Altar, en Sonora, están bajo amenaza por la disminución del recurso hídrico.
A nivel mundial, el WRI destaca casos como el Parque Nacional del Serengeti, en Tanzania, y el Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, que en 2022 sufrió una inundación masiva cuya reparación costó más de 20 millones de dólares. También menciona el Taj Mahal, en India, donde la escasez de agua y la sobreexplotación de acuíferos agravan el deterioro del icónico monumento.
El informe subraya que no solo están en riesgo los monumentos, sino también las comunidades que dependen de ellos para su subsistencia, identidad cultural o actividad turística. “Estos lugares no solo son patrimonio del pasado, también son vitales para el presente y el futuro de millones de personas”, concluye el WRI.