Redacción
Turquía.- Turquía y Siria están lidiando con un desastre de proporciones épicas después de un terremoto de magnitud 7.8 que ha matado a más de 20 mil personas. Las personas que han perdido sus hogares se han cobijado en torno a hogueras para combatir el frío invernal, y piden agua y comida. Los rescatistas siguen buscando sobrevivientes entre los escombros, mientras el tiempo para encontrarlos se agota.
Aunque las historias de rescate son alegres, la realidad es que las penurias para las personas que sobrevivieron al desastre son abrumadoras.
Las personas que sobrevivieron al desastre están cobijándose en torno a hogueras y pidiendo ayuda para obtener alimentos y agua, y a pesar de que algunos han encontrado refugio temporal en carpas, estadios y otros lugares, otros han pasado noches al aire libre en medio del frío invernal. La situación es particularmente difícil para aquellos que han sufrido la pérdida de sus hogares y están viviendo en condiciones precarias, sin servicios básicos y expuestos a las inclemencias del clima.
Ahmet Tokgoz, un sobreviviente, ha pedido al gobierno que evakúe a las personas de la región afectada por el terremoto. Sin embargo, la lentitud de la respuesta ha generado críticas por parte de la población, que se ha quejado de la ineficiencia del gobierno en gestionar la crisis. Estas críticas podrían afectar negativamente a la reelección del presidente Recep Tayyip Erdogan, que se encuentra en medio de una dura pelea por mantener su cargo.
En medio de todo esto, los equipos de emergencia y los voluntarios han trabajado sin descanso para rescatar a más personas con vida entre los escombros y proporcionar ayuda humanitaria. La primera ayuda de las Naciones Unidas llegó el jueves por la mañana a las zonas rebeldes en el noroeste de Siria, lo que dio un rayo de esperanza a los afectados.
Sin embargo, los expertos han señalado que la ventana de sobrevivencia para las personas atrapadas se está cerrando con rapidez y que es necesario continuar con los esfuerzos para encontrar a los sobrevivientes y brindarles ayuda. La situación es particularmente difícil para aquellos que ya han sufrido las consecuencias de la guerra civil en Siria, y que han sido desplazados de sus hogares y dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir.