El emblemático ritual de los Voladores de Papantla fue suspendido temporalmente en Veracruz, luego de un accidente ocurrido días atrás en el que cinco participantes cayeron desde una altura de 10 metros al desplomarse la estructura en la que realizaban la ceremonia. Dos de ellos continúan hospitalizados.
Ante el incidente, las autoridades estatales y municipales ordenaron una revisión exhaustiva de los postes utilizados para esta danza tradicional totonaca, que forma parte del patrimonio cultural de México. En el caso de la cabecera municipal, la estructura principal se ubica en el atrio de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción y presenta un notable deterioro.
El alcalde de Papantla, Celestino Pino Guevara, informó que Protección Civil del Gobierno del Estado atendió la solicitud de los propios voladores y realizó una inspección técnica. Se detectaron daños en los estribos y escalones, los cuales muestran señales de oxidación, por lo que se determinó suspender la ceremonia hasta que se realicen las reparaciones necesarias.
“Encontraron algunas deficiencias en las escaleras, algunos puntos están muy deteriorados, por eso suspendimos la volada”, explicó el alcalde. Añadió que se ha solicitado el apoyo de un grupo de expertos para que evalúen las condiciones del poste principal y estimen el tiempo requerido para su rehabilitación.
La danza de los Voladores de Papantla, originaria del pueblo totonaco, es un ritual ancestral que simboliza la conexión entre la tierra y el cielo y busca atraer la abundancia. Actualmente, también representa uno de los principales atractivos turísticos de la región. El ritual consiste en que cinco hombres ascienden a un poste de más de 10 metros y, atados con cuerdas, descienden girando de cabeza mientras uno de ellos permanece en la cima tocando una flauta.
Aunque la ceremonia fue suspendida en la cabecera municipal, las autoridades señalaron que podrá seguir realizándose en otras comunidades del municipio donde las estructuras hayan sido revisadas y se encuentren en condiciones seguras. La prioridad, aseguraron, es garantizar la integridad de los danzantes y preservar con responsabilidad esta tradición milenaria.