Redacción
Estados Unidos.- La incipiente historia de amor entre la superestrella de la música, Taylor Swift, y el tight end de los Chiefs de Kansas City, Travis Kelce, ha tomado un giro inesperado al verse envuelta en teorías de conspiración política. Tras el avance del equipo al Super Bowl, rumores infundados en redes sociales han sugerido desde afirmaciones de que Swift está involucrada en operaciones psicológicas del Pentágono hasta teorías sobre un complot secreto para la reelección del presidente Joe Biden en 2024.
Figuras políticas y mediáticas de derecha, como Vivek Ramaswamy, Laura Loomer y Alison Steinberg, han amplificado estas acusaciones sin fundamento. Las teorías, consideradas ridículas, reflejan el temor de la derecha de que la influencia de Swift, con su gran base de fans, pueda impactar en la carrera presidencial si orienta a sus seguidores en una dirección específica.
Swift ya ha demostrado previamente su capacidad para movilizar a sus seguidores en el ámbito político. En 2018, un mensaje en su cuenta de Instagram animando a sus 272 millones de seguidores a registrarse para votar generó más de 35 mil registros en Vote.org.
Joel Penney, profesor asociado de la Universidad Estatal de Montclair, sugiere que los ataques hacia Swift podrían ser un intento de mitigar preventivamente su impacto desacreditándola. La reciente avalancha de publicaciones falsas pone a prueba los límites de cuán potente puede ser una teoría de conspiración.
Swift y Kelce han hecho declaraciones públicas sobre política, enfrentándose a la extrema derecha. Swift rompió su negativa a discutir sus puntos de vista políticos en 2018, respaldando a candidatos demócratas y criticando a Marsha Blackburn. Kelce enfrentó críticas por su participación en un anuncio promoviendo la vacunación.
La intersección entre cultura pop y política es evidente, y la influencia de figuras como Swift puede ser significativa en la movilización de votantes jóvenes. Henry Jenkins, profesor de la Universidad del Sur de California, señala que los jóvenes libran sus batallas políticas a través de la cultura pop, y Swift podría ser una fuerza difícil de enfrentar si apoya públicamente a Biden, como lo hizo en 2020.