Redacción
Estados Unidos.- Las elevadas temperaturas globales y las derivadas climáticas están influenciando la elección de destinos por parte de los viajeros, quienes ahora prefieren desplazarse más cerca de sus hogares debido a los altos precios del transporte y los alojamientos, así como a las incertidumbres económicas. No obstante, el turismo mundial sigue mostrando señales de recuperación.
Según el último barómetro del turismo mundial publicado por ONU Turismo, se espera que los movimientos turísticos en todo el mundo cierren 2024 con un incremento del 2% sobre los niveles previos a la pandemia de 2019. Este crecimiento está impulsado por una fuerte demanda, la mejora de la conectividad aérea y la recuperación económica en China y otros países asiáticos.
El informe también destaca que, durante el primer trimestre del año, el volumen de turistas alcanzó el 97% de los niveles de antes del Covid-19, con 285 millones de turistas internacionales entre enero y marzo, un aumento del 20% en comparación con el año anterior. Las regiones con mejor evolución incluyen Oriente Medio, que superó las cifras prepandemia en un 36%, y Europa, que registró 120 millones de turistas, un 1% más que en el mismo periodo de 2019.
Sin embargo, persisten desafíos significativos. La inflación elevada, los altos tipos de interés y la volatilidad en el costo del petróleo continúan afectando los precios del transporte y alojamiento. Estos factores, junto con las disrupciones en el comercio mundial, generan un contexto de incertidumbre para el sector turístico.
En términos de ingresos, los gastos de los turistas internacionales alcanzaron los 1.5 billones de dólares en 2023, recuperando los niveles de 2019 en términos nominales. No obstante, descontada la inflación, estos ingresos aún están un 97% por debajo. Europa y Oriente Medio son las únicas regiones donde el gasto turístico ha superado los niveles prepandemia en términos reales.
El secretario general de ONU Turismo, Zurab Pololikashvili, subrayó la necesidad de implementar políticas turísticas adecuadas y una gestión de destinos que priorice la sostenibilidad y la inclusión, destacando el impacto en los recursos y las comunidades locales.