Redacción
Vaticano.- El viernes, el Vaticano llevó a cabo una reforma radical en su proceso de evaluación de visiones de la Virgen María, estatuas que lloran y otros fenómenos similares, insistiendo en su autoridad para determinar si son dignos de la devoción popular.
La oficina doctrinal de la Santa Sede revisó la normativa de 1978, argumentando que ya no es útil ni viable en la era de internet. El Vaticano señaló que los rumores sobre apariciones o manifestaciones marianas pueden viajar rápidamente y potencialmente perjudicar a los fieles si son utilizados por impostores con fines lucrativos o manipulativos.
Las nuevas normas replantean el proceso de evaluación de la Iglesia católica al eliminar la posibilidad de que las autoridades eclesiásticas declaren sobrenatural un determinado evento. En su lugar, se contemplan seis posibles resultados principales, siendo el más favorable el «nihil obstat«, que indica que el evento no es contrario a la fe y los católicos pueden mostrar devoción por él.
Las directrices revisadas permiten que un evento sea declarado «sobrenatural» en ciertas circunstancias y que el papa pueda intervenir en el proceso. Sin embargo, la Iglesia ya no se dedica habitualmente a autentificar sucesos inexplicables ni toma decisiones definitivas sobre su origen sobrenatural.
La Iglesia católica ha sido testigo de numerosos relatos de visiones de la Virgen María, estatuas que lloran lágrimas de sangre y estigmas que imitan las heridas de Cristo en manos y pies. Estas reformas reflejan un intento por parte del Vaticano de adaptarse a los desafíos contemporáneos y redefinir su papel en la autenticación de eventos sobrenaturales en una era de rápido intercambio de información y creciente escepticismo.