En medio de la devastación causada por las lluvias torrenciales en Valencia, la visita del rey Felipe VI y de los presidentes del gobierno español, Pedro Sánchez, y de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, desató una ola de protestas entre los habitantes de Paiporta, una de las zonas más afectadas. Al inicio de la visita oficial, los vecinos lanzaron bolas de lodo a la comitiva y gritaron consignas como «asesinos» y «dimisión», exigiendo mayor ayuda ante la catástrofe.
El objetivo de la visita era que los reyes de España, Felipe y Letizia, mostraran su apoyo a los damnificados, acompañados por Sánchez y Mazón. Sin embargo, la indignación de los residentes estalló al ver que, después de cinco días de espera, la ayuda aún era insuficiente. La respuesta de la policía fue inmediata, con cargas contra los manifestantes, muchos de los cuales habían estado incomunicados y sin agua ni comida desde el inicio de las inundaciones.
Los vecinos denuncian que la respuesta oficial ha sido lenta y marcada por tensiones políticas entre el gobierno central y el autonómico, lo cual ha obstaculizado el envío de recursos y personal. Familias que perdieron todo en el desastre claman por agua potable, alimentos y equipos de limpieza para evitar el riesgo de enfermedades infecciosas. Además, la falta de una coordinación adecuada entre autoridades ha dejado a cientos de personas atrapadas en zonas inundadas, mientras la cifra de fallecidos ya asciende a 214, de los cuales 210 son de Valencia, tres de Castilla-La Mancha y uno de Andalucía.
La situación crítica en localidades como Paiporta, Chiva y Bonaire ha movilizado a miles de voluntarios, quienes, pese a una orden de restricción por el riesgo de nuevas lluvias, acudieron para ayudar con víveres y herramientas de limpieza. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha emitido una alerta naranja para Valencia y roja en Almería, lo que indica el riesgo de más lluvias torrenciales en las próximas horas.
María Casado, reportera presente en el lugar, relató en televisión la desesperación de los habitantes, algunos de los cuales han esperado días por una respuesta efectiva. «Es un infierno lo que están viviendo estas familias. Cinco días después y la ayuda sigue sin llegar”, declaró.
Por su parte, el alcalde de Bonaire, Guillermo Luján, informó que la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya trabaja en el rescate de potenciales víctimas en un estacionamiento inundado con capacidad para 5,700 vehículos, donde se teme que cientos de personas podrían estar atrapadas.