Volkswagen ha revelado su intención de cerrar al menos tres plantas en Alemania como parte de un plan estratégico para enfrentar la creciente competencia de vehículos eléctricos de bajo costo, principalmente provenientes de China, y el debilitamiento de la posición industrial del país. La jefa del consejo de empleados, Daniela Cavallo, advirtió a los trabajadores en Wolfsburgo que estos recortes podrían extenderse a otras instalaciones, afectando a todas las plantas alemanas de la empresa.
La compañía automotriz, que cuenta con aproximadamente 120,000 empleados en Alemania y diez plantas en el país, se ha visto forzada a reconsiderar su promesa de protección laboral vigente desde 1994, que garantizaba la estabilidad de los empleos hasta 2029. Según el director de personal, Gunnar Kilian, la situación financiera de Volkswagen es crítica, y el grupo no puede descartar medidas drásticas si desea mantener su competitividad en el mercado global.
Las negociaciones entre Volkswagen y el sindicato IG Metall se reanudarán esta semana, con ambas partes enfrentadas en torno a los posibles cierres. Thorsten Gröger, líder sindical de la región, expresó su rechazo a estos planes, exigiendo que la empresa presente una estrategia sostenible en lugar de «fantasías de recortes».
La presión sobre Volkswagen se ha incrementado tras reportar que no logrará su objetivo de ahorrar 10 mil millones de euros para 2026. La compañía se enfrenta a la disyuntiva de reducir costos o perder competitividad, un desafío que podría redefinir el futuro de su producción en Alemania y sus inversiones futuras.