Redacción
Suecia.– La escritora francesa Annie Ernaux ganó el jueves el Premio Nobel de Literatura de este año.
Ernaux, de 82 años, fue galardonada por “la valentía y la agudeza crítica con la que descubre las raíces, los extraños y las limitaciones colectivas de la memoria personal”, dijo el comité de los Premios Nobel en su fallo.
El premio de Literatura fue el cuarto en anunciarse, después de los de Física, Medicina y Química. El viernes se anunciará el ganador del Nobel de la Paz de 2022 y el de Economía se dará a conocer el lunes.
El premio incluye 10 millones de coronas suecas (casi 900 mil dólares) en efectivo y se entrega el 10 de diciembre en una gala. El dinero procede de un fondo dejado por el creador del premio, el inventor sueco Alfred Nobel, que murió en 1985.
Si por un lado se alaba el reconocimiento del Nobel de Literatura a la escritora francesa Annie Ernaux, cuyo eje de trabajo ha estado marcada por la autoficción, la dominación de clases sociales y la marginación femenina; por el otro se recuerda que una vez más, la Academia Sueca ha dejado a autores que por años se han especulado en la lista de candidatos.
Los temas de Ernaux a lo largo de cinco décadas de trabajo se han enraizado entre la narrativa y la sociología, mismos que se pueden rastrear en los volúmenes “El lugar”, “El Acontecimiento”, “La Vergüenza”, “Pura Pasión” (editados por Tusquets), y el más reciente “Los años” (Edit. Cabaret Voltaire), y con ello el Nobel de Literatura, dotado con 10 millones de coronas suecas, otorgando una distinción hacia el género de la ficción, y dentro de este a la auto-ficción, como elemento estrella.
Sobre el Nobel, Ernaux, quien también es profesora de literatura en liceos de Annecy y de la periferia parisiense, y entre cuyos reconocimientos destaca el prestigioso español Premio Formentor, afirmó conlleva una gran responsabilidad:
“Lo considero un gran honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad, una responsabilidad que se me otorga con el premio. Es decir, de manifestar una forma de equidad, de justicia, en relación con el mundo”.
El Nobel le fue concedido “por la valentía y la precisión clínica con la que desvela las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas a la memoria personal”, según el comité del premio, y de manera inmediata las reacciones positivas no se hicieron esperar, el presidente francés reaccionó al anuncio de Ernaux recordando que “su voz es la de la libertad de la mujer y de los olvidados del siglo”.