Redacción
México.- A pesar de la inminente pérdida de su registro a nivel nacional, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) continuará su actividad política en 12 de las 32 entidades de México gracias a la presencia de legisladores locales y alcaldías. Las entidades donde el PRD mantendrá su registro son Aguascalientes, Baja California Sur, Michoacán, Estado de México, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala, Zacatecas, Sonora, Guerrero, San Luis Potosí y la Ciudad de México.
En la reciente elección del 2 de junio, el PRD obtuvo 344,294 votos en el Estado de México, representando el 4.1% del total, superando el umbral del 3% necesario para mantener su registro. Este resultado refleja un leve incremento respecto a la elección de 2023, lo que se espera que aumente sus prerrogativas el próximo año.
Sin embargo, en varias otras entidades, el partido enfrenta una situación precaria. En Guerrero, desde 2015, su sede en Chilpancingo fue vandalizada tras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y su sede en Acapulco sufrió daños por el huracán Otis. En Querétaro, el partido perdió su registro hace una década y actualmente sus instalaciones están en desuso. En Morelos, el PRD perdió su registro estatal y ha visto sus instalaciones desoladas tras el intento fallido de resurgir con la coalición que apoyó a Lucy Meza.
En entidades como Tamaulipas y Campeche, el PRD ha perdido su registro y enfrenta el proceso de cerrar sus instalaciones. José Segovia, presidente del partido en Campeche, confirmó que entregarán las instalaciones en agosto, con el edificio ya puesto en venta.
Las divisiones internas han afectado severamente al PRD en Yucatán, donde no alcanzó ni el 1% de los votos en las elecciones para gobernador, diputados locales y municipales. Otros estados donde el PRD ya no mantiene su registro incluyen Guanajuato, Jalisco y Nuevo León, entre otros.
A pesar de estos desafíos, el PRD seguirá participando en elecciones locales en las entidades donde conserva su registro, buscando revitalizar su presencia política y mantenerse relevante en el panorama electoral mexicano.