A más de un año de su apertura como destino turístico, el proyecto para convertir el ex penal federal de las Islas Marías en un centro vacacional enfrenta una preocupante caída en la afluencia de visitantes, con sólo 4 mil 124 turistas en 2024, cifra muy por debajo de su capacidad anual de 20 mil 800 personas, según datos de Turística Integral Islas Marías (Turiimar), organismo dependiente de la Secretaría de Marina.
La cifra representa una disminución respecto a su año más exitoso, 2023, cuando recibió 5 mil 346 visitantes. En contraste, en temporada baja los ferrys —adquiridos a un costo de 6.3 millones de pesos cada uno— apenas reúnen 30 pasajeros, número mínimo requerido para zarpar. En ocasiones, según admiten elementos de la Marina, han partido con apenas 20 personas o incluso han cancelado viajes.
El servicio, que originalmente ofrecía estancias de cuatro días, ahora se ha reducido a tres. Además, los costos por persona se han incrementado, alcanzando hasta 9 mil 200 pesos por paquete turístico en clase turista, lo que ha alejado a potenciales visitantes.
Entre septiembre y octubre de 2023, los viajes fueron suspendidos debido a huracanes, y en algunos fines de semana sólo se registraron 38 y 48 turistas; en los mismos meses del año anterior, no se recibió ninguno.
Durante los días hábiles, el archipiélago permanece más desierto que en sus tiempos como penal de alta seguridad, que alojó a 659 reclusos en su etapa final. La reconversión turística, iniciada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador en 2019, requirió una inversión pública de mil 680 millones de pesos, más del doble de los 727 millones de pesos anuales que costaba su operación como prisión.
A bordo del ferry, la oferta alimentaria es limitada: tortas de pierna a 65 pesos, café soluble a 35 y whisky a 140 pesos, sin recibo ni factura. El comedor no tiene capacidad para atender a los 200 pasajeros del barco y, en una reciente travesía, los alimentos y bebidas se agotaron rápidamente.
A pesar de las deficiencias, muchos visitantes son pensionados, jubilados y familiares de ex internos, quienes viajan con entusiasmo por la carga simbólica del lugar. De acuerdo con empleados, ya se trabaja en la ampliación del restaurante, y se inauguró un nuevo centro recreativo de playa.
Además, se contempla incorporar un nuevo ferry desde Boca de Chila, Nayarit, para diversificar las rutas y facilitar el acceso. Sin embargo, el proyecto aún enfrenta grandes desafíos logísticos, económicos y de promoción para alcanzar la viabilidad como destino turístico sustentable.